La Audiencia de Palma inició ayer el juicio contra el perturbado de origen nigeriano de 34 años acusado de intentar matar a un policía nacional al que clavó un machete de 25 centímetros en mitad de la plaza de España el pasado verano al mediodía, lo que obligó a que un compañero del agente, un subinspector, le disparara en la pierna para reducirle. El afectado resultó ileso y logró salvar la vida gracias al chaleco antibalas que llevaba puesto, que le protegió de las cuchilladas.

El sospechoso, que actualmente se encuentra preso, manifestó ayer ante el tribunal de la sección segunda que creía que la Policía le había robado "un billete de lotería". "Yo quería hablar con ellos. Me acerqué con el cuchillo en la mano. No agredí nadie. No le clavé el arma por detrás. No es cierto. Yo estaba muy frustrado, no podía pagar el alquiler de la casa. Mi madre no me mandaba dinero. Me decían ´tira el arma, tira el arma´. Yo tiré el cuchillo y entonces me pegaron un tiro en la pierna ´por la cara´. Caí al suelo y vino la ambulancia", declaró el hombre.

La fiscalía pide para el enajenado una medida de siete años y medio de internamiento en un psiquiátrico penitenciario por intento de homicidio, al apreciar la eximente completa de trastorno mental. Según su tesis, en el momento de los hechos, el perturbado sufría un trastorno esquizofrénico paranoide que hacía que tuviera sus capacidades cognitivas y volitivas totalmente alteradas.

El agente que fue atacado indicó que fue agredido por sorpresa: "Noté que me tiraban del uniforme. Al girarme, vi al hombre con el cuchillo en alto. Lanzó dos cuchilladas y lo esquivé". Su compañero destacó que daba miedo recordar la escena vivida el pasado 27 de agosto de 2012 a la una del mediodía en la plaza de España de Palma. "Fue un ataque traicionero. El sospechoso desde detrás le pegó al menos tres cuchilladas en la clavícula derecha. Le grité que tirara el arma, pero no hacía caso. Me jugué la vida en la plaza, el riesgo era muy grande. Le disparé en la pierna y cayó volando".