La Audiencia Provincial juzgó ayer a diez acusados de formar parte de una banda de narcotraficantes que distribuía cocaína, éxtasis y marihuana en discotecas de s´Arenal y fiestas privadas. Ocho de los procesados, a los que la Policía intervino 600 pastillas y 300 gramos de cocaína, reconocieron su implicación en los hechos y aceptaron penas de tres años de prisión, dos menos de los que la fiscalía solicitaba inicialmente. Los otros dos procesados no aceptaron el acuerdo con el ministerio público: uno pidió la nulidad de los pinchazos telefónicos y otro, la exnovia de uno de los cabecillas, negó cualquier vinculación con el narcotráfico.

La red estaba formada por grandes proveedores que entregaban la droga a distribuidores, quienes a su vez la vendían a camellos o directamente al consumidor. Los sospechosos actuaron al menos durante los meses de verano de 2011. Según confesó uno de los principales acusados, un italiano de 38 años, era él quien suministraba partidas de éxtasis a otros miembros de la banda de forma periódica. Este procesado reconoció que casi todas las semanas se citaba con otros dos procesados para entregarles partidas de éxtasis. Las cantidades, afirmó, oscilaban entre los 25 y los 100 comprimidos cada vez. El acusado, que afirmó estar "muy arrepentido", alegó que llevaba casi veinte años consumiendo cocaína. El italiano se mostró dispuesto a ofrecer a la fiscalía el nombre de la persona que le suministraba las importantes partidas de éxtasis que él distribuía. El hombre fue detenido a finales de septiembre de 2011 cuando acababa de entregar 500 comprimidos de éxtasis a uno de sus principales compradores, de origen senegalés y que según las pesquisas de la Policía disponía de una red de compatriotas que distribuían la droga en locales de ocio nocturno de s´Arenal. Otros de sus clientes compraban entre 20 y 30 pastillas para venderlas en fiestas privadas. El italiano desvinculó de estas actividades a su exnovia, también procesada en la causa. La mujer, para quien la fiscalía pide cinco años de prisión, mantuvo esta versión en su declaración ante el tribunal.

También reconoció los hechos Pedro B.P., que distribuía a otros vendedores o directamente al consumidor los comprimidos de éxtasis que compraba al italiano. El hombre se declaró culpable y se mostró conforme con una pena de 3 años y un día de prisión.

En el otro extremo de la red se encontraban tres traficantes que se encargaban de la venta de cocaína y éxtasis en Manacor y Llucmajor, que también reconocieron su culpabilidad y aceptaron sendas penas de tres años de prisión.

Quien no pactó con la fiscalía fue el hombre senegalés acusado de distribuir en las discotecas de s´Arenal el éxtasis que compraba al italiano. Su defensa planteó al inicio del juicio la nulidad de los pinchazos telefónicos a los que fue sometido por la Policía en los meses anteriores a su detención, cuando acababa de recoger 500 pastillas en la vivienda del traficante confeso.

La vista quedó suspendida a primera hora de la tarde y está previsto que continúe el próximo miércoles con la declaración de los agentes de la Policía Nacional que llevaron a cabo la operación antidroga y los peritos que analizaron los estupefacientes intervenidos por los investigadores.