"Fue alucinante. Era como el increíble Hulk. Se arrancó la camiseta y, con el torso desnudo y brillante, empezó a pegar a todo el mundo en el Paseo Marítimo". Una testigo recordaba el viernes en el pasillo de los juzgados de Palma la madrugada que fue golpeada por un joven muy corpulento que parecía fuera de sí en el verano de 2011. "Parecía un toro desbocado. No había nadie que le parara. Lanzó a una chica como si nada por encima de un coche. Tenía muchísima fuerza. Decían que era boxeador", proseguía la afectada.

A escasos metros de la testigo, sentado en un banco en el edificio judicial de Vía Alemania esperaba pacientemente un muchacho con la camisa ceñida por una gran musculatura. El "increíble Hulk", ahora venido a menos con un peso más reducido que hace dos años, según coincidieron los policías que intervinieron en el altercado, estaba a punto de entrar a juicio.

El sospechoso, un joven suizo que descartó dedicarse al boxeo y que según su versión trabaja en la banca, fue condenado por los incidentes que protagonizó el pasado 26 de junio de 2011 de madrugada en el Paseo Marítimo de Palma. El acusado admitió los hechos ante la sala y aceptó dos penas de multa por un delito de lesiones de menor entidad y una falta de lesiones.

Tras su confesión, la magistrada de un juzgado de lo penal de la ciudad dictó sentencia ´in voce´ el pasado viernes al mediodía. Le impuso diez meses de multa a razón de cinco euros diarios y una indemnización de 5.000 euros por las heridas que sufrió una de las víctimas.

El altercado se produjo el 26 de junio de 2011, sobre las seis de la mañana, cuando el imputado se dirigió hacia un establecimiento situado en el Paseo Marítimo de Palma. Allí, inició una disputa con varias personas al no respetar el turno de la cola, según la versión de la fiscalía, y acto seguido empujó a una joven y arrojó al suelo a otra, ocasionándoles lesiones en una pierna y en la muñeca. Ambas se hallaban en la cola del local, en plena calle, y tuvieron que recibir asistencia sanitaria.

Amplia movilización

La agresión del joven obligó a desplegar a numerosos efectivos. Patrullas de la Policía Local de Palma, Policía Nacional y del puerto se desplazaron al lugar. Los agentes comprobaron que el sospechoso no atendía a sus indicaciones y se hallaba muy violento. Con el torso desnudo, exhibiendo una gran musculatura, arremetía contra todo aquel que se cruzara en su camino.

"Se echó por encima una botella de agua. En aquellas fechas llevaba el pelo más largo que ahora. Su cuerpo brillaba", recordó una de las testigos.

Finalmente, un agente del Cuerpo Nacional de Policía especializado en técnicas de reducción intervino en un descuido del joven y logró derribarlo. Haciendo palanca con su brazo y rodeándolo por el cuello, lo inmovilizó. La corpulencia del acusado era de tal magnitud que no fue posible esposarlo por la espalda con unos simples grilletes en el momento de su detención. Los policías tuvieron que unir dos esposas para poder arrestar a un personaje que parecía de película. El "increíble Hulk" había sido cazado.