El rescate de un hombre y sus dos hijos de 7 y 11 años que el pasado sábado sufrieron un accidente en el Morro d´en Pelut, muy cerca del Puig Major, no tuvo nada que envidiar a los que se realizan en los Pirineos. Los efectivos del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (Greim) y los bomberos trabajaron en condiciones muy adversas, entre la nieve y con un fuerte viento y un intenso frío que dificultaron sobremanera la aproximación del helicóptero al lugar en el que se encontraban las víctimas. El adulto y uno de los menores, que se habían caído por un corredor con una pendiente de 45 grados y a lo largo de unos 100 metros, presentaban síntomas de hipotermia y lesiones graves, mientras el otro niño resultó ileso. Ayer se recuperaban en el hospital, ya fuera de peligro.

Eran las seis de la tarde del sábado cuando un testigo alertó del accidente. Un hombre y dos niños que estaban de excursión se habían caído desde una cornisa en el Morro d´en Pelut, en un lugar de difícil acceso, y estaban heridos. El helicóptero de la Guardia Civil, con los efectivos del Greim a bordo, se dirigió rápidamente al lugar. No tardaron en divisar a las víctimas, que habían quedado en mitad del escarpado corredor. Un reguero de sangre sobre la nieve evidenciaba que estaban heridos.

Con el sol a punto de ponerse fue una batalla contra el reloj. El helicóptero del instituto armado intentó varias veces posarse cerca de los afectados para que los rescatistas pudieran atenderlos rápidamente. Pero las fuertes rachas de viento, habituales en esa zona por su orientación norte, lo hicieron imposible.

Al piloto no le quedó más remedio que desistir, dirigirse a la cima del Puig Major y aterrizar en el helipuerto. Desde allí, dos especialistas del Greim partieron en busca de los heridos. En su camino se encontraron con tres efectivos del grupo de rescate de montaña de los Bombers de Mallorca que iban también a rescatar a los afectados.

Los cinco cubrieron juntos el último tramo. Tuvieron que escalar por el corredor, una pendiente de 45 grados totalmente cubierta de nieve, hasta llegar a los excursionistas. El padre estaba semiinconsciente y presentaba un fuerte golpe en la cabeza, mientras el niño de siete años había sufrido un desgarro cerca de un ojo. El otro menor, por contra, resultó ileso. Todos presentaban síntomas de hipotermia.

Con la noche a punto de caer, resultaba fundamental poder trasladarlos en helicóptero, ya que un rescate a pie les habría llevado no menos de cuatro horas. El piloto del aparato dio varias vueltas por la zona para descargar combustible y reducir el peso al mínimo. Así, en una maniobra tan rápida como arriesgada, logró posarse unos segundos en el punto donde estaban sus compañeros con las víctimas. Los rescatistas les aplicaron en el helicóptero los primeros auxilios y solo unos minutos después llegaron al hospital Son Espases.

El padre permanecía ayer en la UCI. Presentaba una traumatismo torácico grave, aunque su evolución era buena y los médicos no temían por su vida. También su hijo pequeño estaba ya fuera de peligro.