El pasado jueves, unas horas después de que unas 4.000 toneladas de rocas se desprendieran del Puig de Son Poc, en Bunyola, y cayeran como misiles sobre las fincas ubicadas en las faldas de la montaña, el expresident del Govern, Gabriel Cañellas acudió a observar los enormes daños provocados. No en vano es propietario de la finca de s´Alqueria d´Avall, situada muy próxima. Y esta sensación de haberse librado por los pelos de un auténtico desastre es lo que debió llevarle a exclamar: "¡Menos mal que no ha caigut dins ca meva!". El problema es que el comentario fue oído perfectamente por todos los que le rodeaban, incluidos varios vecinos que no habían sido tan afortunados, ya que habían sido desalojados por un tiempo indefinido, y cuyas propiedades habían sufrido grandes daños. Así que no pudieron reprimir unas miradas muy duras. Una nueva ocasión en la que el expresident demuestra que lo suyo no es la diplomacia.

Por bocazas

Otro con poco tacto fue un joven de 23 años que el pasado lunes aparcó su furgoneta en una zona de carga y descarga del aeropuerto. Un agente de la Policía Local le pidió la documentación y le informó de que le iba a poner una multa por entrar en una zona restringida sin autorización, a lo que el conductor le responde: "Tú eres una mierda de policía. Lo que tienes que hacer es más flexiones y comer menos dónuts". Y acto seguido se mete en el vehículo con la intención de marcharse. El agente intenta quitarle las llaves a través de la ventanilla, el conductor se enfrenta a él y terminan los dos rodando por los suelos en medio del forcejeo. Conclusión: lo que iba a ser solo una multa se convirtió en una detención en toda regla por un delito de atentado contra un agente de la autoridad.

De luto

Un grupo de personas llamó el viernes la atención en el juzgado de Vía Alemania. Eran a todas luces miembros de la misma familia y vestían de riguroso luto. Se trataba del grupo que el pasado 5 de diciembre provocó un altercado en el hospital de Son Espases tras la muerte de una mujer, con golpes a dos médicos y una enfermera y daños en el mobiliario.

Mentiras bajo el alcohol

El viernes pasado un testigo reconoció en un juicio contra una mujer acusada de intentar matar a otra con una inyección de salfumán que había mentido en su anterior declaración ante la Policía. El joven había manifestado a los agentes que hacía varios días que no cogía su coche. Sin embargo, en la vista oral, dijo que era mentira y que había circulado con el vehículo toda esa tarde: "Iba bebido, tenía miedo a decirlo. Por eso, mentí a la Policía. Yo me defendí. Hablé lo mínimo porque apestaba a alcohol. ¿Qué le iba a contar a la Policía, que iba borracho al volante?".

Un san valentín nada romántico

Una pareja decidió pasar la noche de San Valentín en un hotel de s´Arenal. La cita siempre será recordada por ambos y no por su romanticismo. El hombre, que bebió demasiado, acabó detenido por agredir a su pareja.

Una película llamada kabul

El lunes pasado, La Paca, la poderosa matriarca de Son Banya, volvió a llamar la atención a su hijo, El Ico, en el macrojuicio: "Ya está bien. Cállate. Tú siempre quieres ser el protagonista de la película".