Uno de ellos es sargento del Ejército y ha sido detenido en el acuartelamiento de Jaca, donde estaba realizando un curso de montaña. Otros dos tenían experiencia militar. Uno había pasado por los Cuerpos de Operaciones Especiales (COE) y hasta hace poco trabajó como personal de seguridad en un pesquero en aguas de Somalia, en el Océano Índico. Pero la característica común en los cuatro detenidos como responsables de algunos al menos cinco asaltos violentos a chalés de lujo de Mallorca era su gusto por los juegos de guerra, en concreto por el "airsoft". Esta modalidad se practica con réplicas exactas de armas militares que disparan unas bolas de plástico. La Guardia Civil les ha intervenido una quincena de estas armas, que deberán ser examinadas para comprobar si alguna había sido manipulada para disparar munición real.

La "operación Kraken" ha supuesto un año y medio de investigación por parte del Grupo de Delitos contra el Patrimonio de la Policía Judicial de la Guardia Civil. Las pesquisas comenzaron el 24 de agosto de 2011, tras el asalto frustrado en la casa de la urbanización Puig de Ros, en Llucmajor, propiedad de María José Hidalgo, hija de José Hidalgo, propietario de Globalia.

Comenzó entonces una carrera entre los atracadores y la Guardia Civil, que se ha enfrentado a numerosas dificultades hasta que ha conseguido identificarles y capturarles. La guinda la ha supuesto el hallazgo de un fusil de asalto HK G36, que había sido robado en enero de 2011 en la base Jaume II, y que había sido utilizado en varios de los asaltos.

Los ladrones se marcharon de vacío del chalé de Puig de Ros porque el vigilante de seguridad, al que habían atado y amordazado, logró liberarse y dar la alarma. Y la noche siguiente lo volvieron a intentar en otra casa de Costa den Blanes, propiedad de un empresario y exconcejal de Calvià. Desde el primer momento los investigadores trabajaron con la idea de que se trataba de los mismos autores. Durante el año siguiente se registraron otros tres asaltos atribuidos a la banda, en Son Gual, s´Arracó y Santa Maria.

Tras intensas investigaciones la Guardia Civil puso el foco en un grupo de sospechosos, unidos por aficiones similares, como determinados juegos de rol y la práctica conocida como "airsoft". Se trata de un juego de simulación de guerra que se practica en espacios habilitados, en los que los usuarios se enfrentan con réplicas de armas de fuego que disparan pequeñas bolas de plástico.

Estos sospechosos respondían al perfil de los atracadores, que demostraban en los asaltos un gran conocimiento de prácticas de comandos. Los investigadores de la Guardia Civil llegaron a la conclusión de que planeaban los robos con estrategia militar, estudiaban los objetivos y actuaban con contundencia para anular a los vigilantes de seguridad o a los propietarios de las casas. Iban fuertemente armados, vestidos con ropa militar y pasamontañas, y apenas dejaban pistas detrás suyo.

Cuando, a finales del año pasado, los agentes del Grupo de Patrimonio se disponían a arrestar a los presuntos ladrones se encontraron con otro contratiempo: uno de ellos acababa de embarcarse como personal de seguridad contra la piratería en un pesquero español que faenaba en aguas de Somalia, en el Océano Índico. Cinco meses de travesía. Los investigadores se armaron de paciencia, y se dispusieron a esperar su regreso para organizar su particular fiesta de bienvenida.

Fue el miércoles. Por la mañana fueron arrestados de forma simultánea los cuatro sospechosos: tres en Palma y uno en la base militar de Jaca. A lo largo de ese día se llevaron a cabo tres registros en domicilios de Ciutat y otro en las dependencias militares. En ellos aparecieron diversos efectos procedentes de los atracos, una quincena de armas de airsoft -pendientes de ser revisadas- y el fusil del Ejército HK G36 robado, que habría sido reconocido por algunas víctimas de los atracos.