La fiscalía reclama una condena de 14 años de prisión para Thomas W.S., un británico acusado de asesinar a un compatriota cortándole el cuello con una botella de cristal rota en un bar de Magaluf a principios de 2011. La víctima, Gary Clive Vigors, de 41 años, falleció desangrada en la calle frente a las puertas del establecimiento. Sufrió una profunda herida con el cristal que le seccionó la yugular, además de otros golpes y cortes en el rostro y la cabeza.

El ministerio público considera al imputado, de 46 años, responsable de un delito de asesinato al mantener que protagonizó un ataque sorpresivo sin que el perjudicado tuviera la posibilidad de defenderse. También aprecia las circunstancias atenuantes de alcoholemia y de reparación del daño, ya que el sospechoso ha consignado en el juzgado 90.000 euros para la responsabilidad civil. Además de la pena de 14 años de cárcel, la acusación pública solicita una indemnización de 200.000 euros para la hija del fallecido, que ahora cuenta cuatro años de edad.

El juicio contra el supuesto asesino está previsto que se celebre el próximo 3 de junio. Un jurado popular será el encargado de enjuiciar el crimen en la Audiencia de Palma.

Marzo de 2011

Los hechos se remontan a la madrugada del pasado 26 de marzo de 2011 en un pub situado en la calle Pedro Vaquer Ramis de Magaluf (Calvià). Sobre las dos y media de la mañana, el acusado, Thomas W.S. se hallaba dentro del local con un grupo de amigos. Según la versión de la fiscalía, el británico imputado tenía su conciencia y voluntad "ligeramente" mermadas por el previo consumo de bebidas alcohólicas. En esos momentos, se produjo un intercambio de miradas entre el sospechoso y otro cliente del bar, Gary Clive Vigors, un inglés de 41 años, quien se acercó al acusado y le dijo algo al oído.

Instantes después, el presunto asesino, con ánimo de acabar con la vida de su oponente, supuestamente cogió una botella de cristal, la rompió y, de forma sorpresiva y sin que la víctima pudiera reaccionar, le dio un golpe directo con la parte rota del recipiente en el cuello. Luego, rodeó al perjudicado con un brazo por el cuello impidiendo que se moviera, mientras con la otra mano, sin soltar la botella, continuó agrediéndole en la misma zona, según la tesis del fiscal.

La pareja se desplazó varios metros por el establecimiento en el transcurso de la brutal agresión y el afectado recibió tres cortes en la cara, la cabeza y el cuello. En esta última zona, Gary Clive Vigors sufrió una profunda herida que seccionó los vasos cervicales, lo que derivó en una "hemorragia cataclísmica", al seccionarle la yugular.

Los dos británicos acabaron cayendo al suelo y el imputado se situó encima de la víctima, donde presuntamente prosiguió con los golpes. Poco después, fueron separados y Thomas W.S. aprovechó para salir del local. El otro hombre, malherido, hizo lo mismo con gran dificultad al estar desangrándose y encontrarse muy desorientado.

Finalmente, cuando la víctima estaba tirado en medio de la calle el supuesto asesino se acercó de nuevo y volvió a golpearle. Esta vez, le propinó un fuerte puñetazo en el rostro que le hizo caer al suelo, donde le dio varias patadas, según la versión del fiscal. Acto seguido, el imputado hizo gestos pavoneándose y dijo a los presentes "venga, ¿queréis lo mismo?". Luego se marchó, mientras Gary fallecía allí mismo.