­Un comerciante de 62 años fue hallado muerto el pasado lunes, día en el que iba a ejecutarse el embargo del local que regentaba en el centro de Palma. Parece ser que el hombre atravesaba graves problemas económicos y no había podido hacer frente a varias mensualidades del establecimiento, por lo que un juzgado resolvió que fuera desahuciado.

El cadáver del hombre, vecino del Coll den Rabassa, apareció el lunes por la mañana en la zona de es Carnatge. Agentes del grupo de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía acudieron al lugar tras ser alertados por varios testigos. Todo apuntaba a que se había quitado la vida. El óbito fue comunicado al juzgado de instrucción número 2 de Palma, en funciones de guardia.

El médico forense que practicó la autopsia confirmó que se trataba de un suicidio. Además, descubrió en el bolsillo del pantalón del hombre una resolución de un juzgado de lo civil de Palma en la que se le comunicaba que iba a ser desahuciado del comercio que regentaba desde hacía varios años, una sastrería situada en el centro de la ciudad.

El hombre llevaba varios meses sin poder hacer frente a los pagos mensuales del local. Su acreedor, del que las fuentes consultadas no pudieron precisar si se trataba de un particular o una entidad financiera, había solicitado que fuera desahuciado.