La joven británica Cheryl M. acababa de mudarse a Mallorca en mayo de 2008 cuando su sueño de iniciar una nueva vida se convirtió en una pesadilla. Seis días después de llegar a Magaluf estuvo a punto de morir al ser brutalmente violada y apuñalada en su apartamento por un agresor sexual múltiple. Casi cuatro años después, regresará a la isla a principios de enero para declarar en el juicio contra el sospechoso. Un reencuentro que afronta "nerviosa" pero con la esperanza de que sea el último paso para "pasar página". "Solo quiero que esté el máximo tiempo en prisión para que no pueda hacer daño a nadie más", explica la joven en declaraciones al diario británico Jarrow & Hebburn Gazette.

Todo ocurrió en la madrugada del 30 de mayo de 2008, durante la primera noche que pasaba en un apartamento recién alquilado en Magaluf. La joven, que tenía entonces 21 años, llevaba una semana en Mallorca tras dejar su trabajo de dependienta en Wearside, la región del noreste de Inglaterra donde vivía, y había encontrado un puesto como camarera en un pub de Punta Ballena. Aquella noche, cuando llegaba a casa, un individuo se le acercó y le propuso mantener relaciones sexuales. La reacción del hombre a su negativa fue de una violencia extrema. "Me agarró por el pelo y me llevó a rastras por unas escaleras hasta mi apartamento. Yo gritaba y él me decía que si no me callaba me iba a matar", recuerda la joven.

Lo peor estaba todavía por llegar. Una vez dentro de la vivienda, el asaltante se cercioró de que estaban solos. "Debió de ver que las puertas de los dormitorios estaban abiertas y no había nadie más allí, así que me arrastró a una de las habitaciones. Me tiró en la cama y me violó", cuenta Cheryl. "Luché contra él y grité pidiendo ayuda. Pero me presionó la tráquea con los pulgares hasta que me desmayé".

Cuando despertó, descubrió horrorizada lo que había ocurrido. "Estaba en el suelo y al intentar levantarme, resbalé. Entonces vi que estaba sobre un charco de mi propia sangre y me di cuenta de que me había apuñalado en el pecho. Él no llevaba ningún cuchillo cuando me desmayé. La Policía cree que lo cogió de la cocina de mi apartamento. El hombre seguía allí, y yo comencé a llorar y a gritar. Fue entonces cuando me apuñaló en el cuello. Me di cuenta de que mi única opción era hacerme la muerta. Eso fue lo que me salvó la vida".

La brutal agresión le causó lesiones muy graves. La joven fue intervenida de urgencia, porque una de las cuchilladas le alcanzó un pulmón, y estuvo dos semanas hospitalizada. Logró recuperarse y volvió a su país.

El Equipo Mujer-Menor (Emume) de la Guardia Civil estuvo tres años tras los pasos del violador, cuyo perfil genético coincidía con otra agresión sexual cometida en el verano de 2010 en la misma zona. Los investigadores lograron darle caza en agosto de 2011 y desde entonces el sospechoso, un marroquí de 31 años, permanece en prisión preventiva.

Cheryl, que ahora trabaja como modelo, le verá de nuevo a principios de enero, cuando se celebre el juicio en la Audiencia de Palma. "No sé que pasará cuándo le vea. Estoy nerviosa por tenerle otra vez delante. No recuerdo como es y prefería que siguiera siendo así", afirma. "Pero ahora solo quiero poder pasar página. Aquello forma parte de mi pasado y necesito mirar al futuro sin tener que volver una y otra vez a lo que me ocurrió".