"¡Atento!". Esta palabra consigue activar al perro para detectar cualquier peligro potencial que le rodee. Ante cualquier intruso, el animal no vacila en abalanzarse contra él. El adiestrador activa y desactiva al animal a su voluntad.

Desde el adiestramiento de perros para proteger a mujeres maltratadas, la intervención, la detección de estupefacientes o explosivos hasta el suministro de chalecos antibalas, anticorte y antipunzón. La empresa UIC Material Policial se ha convertido en todo un referente en el mundo de la seguridad en Mallorca.

Su establecimiento en el polígono Son Castelló abarca múltiples aspetos relacionados con la seguridad. Vigilantes y funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil constituyen buena parte de sus clientela.

Enrique Macías, artífice de UIC, subraya la importancia de las cualidades que debe tener un animal para poder adiestrarlo. "El perro debe ser equilibrado y tranquilo", subraya.

El adiestrador, reconoce Macías, se ha convertido en un raro especimen. Su escuela se ha especializado en formar guías caninos. "Mucha gente viene diciendo que es adiestrador hasta que le haces la prueba y ves que no reúne los requisitos", recalca.

De repente, un poderoso pastor alemán sale de su jaula y corretea por la estancia. Enrique se encierra con él sin nada en la mano. "Un adiestrador le controla solo con el lenguaje gestual y oral", indica.

El animal varía su comportamiento de forma diametralmente opuesta en función de las necesidades que se presenten. Con una señal, el perro se tumba o se comporta de una manera dócil. No obstante, el animal permanece en estado de alerta cuando detecta la presencia de extraños a cierta distancia.

Toda esa apariencia de mansedumbre se esfuma en un segundo. "¡Atento!", le grita Macías. El animal no vacila y se abalanza sobre un cristal tras el que intuye la presencia de desconocidos. Se trata de un perro de intervención. Tiene capacidad para disolver un grupo de 15 a 20 personas, equipado con un bozal de impacto, en apenas unos segundos.

El perfil del perro adiestrado para cuidar de mujeres maltratadas es muy distinto. "Es un perro muy cariñoso, muy fácil de adaptar a su ama", describe Macías. Las especiales condiciones en las que se encuentra una víctima de la violencia de género requiere un animal con un perfil muy concreto. "La mujer maltratada suele tener la autoestima por los suelos", indica el dueño de UIC.

Hasta el momento han entregado un animal adiestrado a una mujer que había sufrido violencia de género. Este animal no es apto para todos los bolsillos. Oscila entre 250 y 300 euros al mes. El dueño de UIC insiste en que se hacen excepciones. "Intentamos ajustar el precio para que nadie que necesite el animal no se quede sin él por cuestiones de dinero", indica Macías.

Tratamiento altruista

De manera completamente altruista se hace en UIC la terapia con perros para discapacitados físicos y psíquicos. Ana y Cristina, ayudantes técnicas veterinarias y monitoras, se encargan de facilitar que niños y adultos jueguen con perros. También participan especialistas que ayudan a ejercitar los miembros de los asistentes.

Pero si por algo UIC material policial se ha convertido en una referencia es por todo el equipamiento de seguridad que proporcionan. La venta en su tienda en el Polígono Son Castelló es más barata incluso que en internet.

"No se trata de hacernos ricos. No a costa de la seguridad. Proporcionamos un material que muchos cuerpos no les facilitan", subraya Macías. Funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía, Guardia Civil y distintas policías locales son clientes asiduos del establecimiento de Son Castelló. También lo frecuentan la mayoría de vigilantes de seguridad.

El apuñalamiento de un agente del Cuerpo Nacional de Policía en la plaza de España -salvado ´in extremis´ por un chaleco anticorte que se había comprado él mismo- ha hecho que muchos funcionarios tomen conciencia. Aunque es el cuerpo el que se lo debería facilitar no se arriesgan cuando es la propia vida lo que está en juego."Hay un repunte de las ventas. Llevar puesto un chaleco anticorte o antipunzón te puede salvar la vida", recalca.