El amianto en el edificio de la Jefatura Superior de Policía de Balears no solo se encuentra en las bajantes y en un tejado. Un informe de la constructora, según el Sindicato Unificado de Policía, destacaba la presencia de este elemento cancerígeno en los conductos de aire acondicionado. Mientras tanto, el goteo de casos de cáncer entre los funcionarios que trabajan en este inmueble no ha parado de crecer en los últimos años.

El amianto en el aire acondicionado conlleva un peligro mucho más inmediato de sufrir una intoxicación. Se utiliza como revestimiento en las tuberías de ventilación y calefacción del edificio. En caso de rotura, el riesgo de que el polvo de esta sustancia cancerígena se esparza es muy elevado.

Un informe de la doctora Silvia Tejada, de la Unidad de Investigación del Quirófano Experimental de Son Llàtzer, remitido al SUP abundaba en las posibilidades de contagio. "El amianto se transmite si trabajas directamente con él, aunque existen posibilidades de que sin hacerlo también puedas respirarlo, pero debería ser polvo".

Hasta el momento se han producido varios casos de rotura de tuberías cubiertas de amianto en las bajantes de la Jefatura Superior de Policía. La única solución que se ha proporcionado ha sido reparar las conducciones. Se trata de un procedimiento explícitamente prohibido por la normativa vigente. Esta establece que el amianto deteriorado se ha de retirar adoptando las preceptivas medidas de seguridad. Nunca se debe reparar.

"Una vez que se rompe, las microfibras se mezclan con el aire con el consiguiente riesgo de ser aspirado y producir a medio y largo plazo cáncer y asbestosis", resaltaba el SUP en un escrito dirigido el pasado 11 de abril al jefe superior de la Policía de Balears. El riesgo de rotura de estos revestimientos se encuentra omnipresente en este edificio con más de 30 años de existencia.

"No hay dinero"

Ante las reiteradas peticiones del sindicato policial de que se retire este elemento cancerígeno del edificio, la única contestación recibida por el sindicato policial es que "no hay dinero".

El peligro que acarre la existencia del amianto entre los elementos de construcción del edificio de la calle Simó Ballester no se extiende solo a los funcionarios que trabajan en el inmueble. "El público que acude a renovar el carné de identidad, las personas que van a la oficina de denuncias o los detenidos obligados a permanecer en los calabozos son víctimas potenciales", subrayaron fuentes policiales.

Durante los ocho primeros meses de 2012, cinco funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía que trabajan en la Jefatura de Balears han muerto de cáncer. Cuatro de ellos sufrieron un tumor cerebral y otro un cáncer de huesos. A una de las víctimas mortales se le detectó uno especialmente raro: un glioma de grado tres.

Un funcionario del Cuerpo Nacional de Policía que había pasado largo tiempo destinado en la Jefatura Superior de Policía de Balears fue enviado a Guatemala en comisión de servicio. A los dos meses tuvo que abandonar el destino. Tuvo que ser repatriado a España en un avión ambulancia tras detectarle un tumor cerebral. Al parecer, no lo había contraído en el país centroamericano.

Un perfil similar

Desde el año 2000, una treintena de funcionarios que trabajaban durante largo tiempo en el edificio de la calle Simó Ballester enfermaron de cáncer. El perfil de la persona que padece esta enfermedad es muy similar. Tiene una edad que ronda los cincuenta años y largo tiempo trabajando en la Jefatura Superior de Policía de Balears. No solo funcionarios se han visto afectados. Dos empleadas del servicio de limpieza de las dependencias policiales, compuesto por ocho trabajadoras, han sufrido esta enfermedad. Una de ellas padece cáncer de pecho y la otra cáncer de colon.

Además de en los conductos de aire acondicionado, el revestimiento de amianto se encuentra localizado en medio centenar de tuberías de unos 20 centímetros de grosor. También está localizado en un tejado de uralita instalado sobre los vestuarios.