Un hombre de 88 años fue juzgado ayer en Palma acusado de vejar, amenazar de muerte y maltratar psicológicamente a su esposa, de 86. La pareja, que actualmente vive en una residencia en la península, debía declarar a través de videoconferencia, pero ambos guardaron silencio.

En la vista oral no hubo ningún tipo de prueba ya que tanto la hija, como la nieta y la bisnieta del matrimonio que comparecieron ante el magistrado ayer por la mañana en calidad de testigos se acogieron a su derecho a no prestar declaración al ser familiares directos del imputado.

Por ello, el letrado defensor Miquel Àngel Cardell reclamó la libre absolución del octogenario ante la ausencia de pruebas de cargo contra el hombre. Por su parte, la fiscalía mantuvo su petición de pena de tres años de prisión por un delito de violencia psíquica habitual y otro de amenazas.

Según el escrito de acusación, el imputado tenía sometida y menospreciaba a su mujer, a la que controlaba sus salidas de casa y le escondía la llave del domicilio. Si esta salía, él se enojaba, discutía con ella, arrojaba al suelo vasos y platos y la insultaba y vejaba. También le decía que la iba a matar con gotas de cianuro en el zumo, según la acusación.