Las mordeduras de perros a humanos experimentaron un repunte en 2011. Durante el año pasado se contabilizaron 1.250 ataques de animales a personas en Balears. Un 80% correspondieron a perros, un 15% a gatos y un 5% a otros animales: murciélagos, arañas y serpientes, entre otros.

Ramón García, técnico de la conselleria de Salut i Consum y ponente en el curso que se imparte en Son Reus sobre cómo actuar ante animales peligrosos, asegura que en Balears todavía persiste la enfermedad de la rabia. "Hay presencia de rabia en Mallorca en determinados murciélagos", resaltó. No obstante, García precisó que "desde hace 60 años" no hay constancia de esta enfermedad en animales domésticos de las islas.

Una treintena de agentes de la Policía Local de toda Mallorca recibe estos días un curso de la Escola Balear d´Administració Pública (EBAP) en Son Reus sobre los distintos protocolos de actuación al toparse con animales peligrosos.

La proliferación de animales exóticos ha provocado que haya que actualizar todos los métodos de trabajo con estas especies. Pedro Morell, director del Centro Sanitario Municipal de Protección Animal de Son Reus, atestigua esta tendencia. "Hemos recogido cocodrilos en el Parc de la Mar. Ahora tenemos cuatro serpientes: falsas corales, una boa constrictor y una pitón albina".

Morell destaca que el objetivo de este curso, que ahora celebra su tercera edición, es establecer un protocolo de actuación al toparse con un animal suelto. "Ante todo hay que tener mucha prudencia. Que el animal no se escape y que no corra peligro tanto él como las personas son cuestiones básicas".

Razas peligrosas

Las razas de perros potencialmente peligrosos son las que más pueblan las jaulas de Son Reus. Entre 30 y 35 canes de este tipo se encuentran ahora mismo en sus dependencias.

"La media de perros considerados peligrosos que está aquí ha aumentado", destaca Rafael de Juan, veterinario del Ayuntamiento de Palma. Al detectarse que el dueño de uno de estas razas no cuenta con licencia, se le retira el animal. Por este motivo, son los mayoritarios en el centro.

El propietario de un perro considerado potencialmente peligroso ha de contar con un certificado de aptitud física y psíquica, otro certificado de que carece de antecedentes penales, otro certificado de que no ha maltratado a animales y tener suscrito un seguro de responsabilidad civil por una cantidad máxima de 120.000 euros.

El director del Centro de Protección Animal de Son Reus atribuye a "modas" la proliferación de determinadas razas potencialmente peligrosas en detrimento de otras. "Doberman o rottweiler que hasta hace pocos años había muchos, ahora casi no hay".