El cementerio de Palma había sido en los últimos meses víctima de continuos saqueos. Numerosos objetos decorativos y ornamentales de las lápidas —crucifijos, argollas y letras metálicas de nichos y panteones— habían desaparecido sin dejar el menor rastro. La Policía Nacional detuvo a un empresario y a un empleado de una chatarrería de Palma acusados de un presunto delito de receptación.

A raíz de las continuas denuncias sobre un presunto saqueo en las tumbas del camposanto, el Grupo de Investigación Oeste del Cuerpo Nacional de Policía se hizo cargo de las pesquisas para tratar de averiguar el paradero de los objetos.

Para las pesquisas, los investigadores contaron con una estrecha colaboración ciudadana. Los testigos aportaron pistas sobre los presuntos sospechosos que habían arrancado estos objetos de las sepulturas del cementerio de Palma. La mayoría de los hechos se produjeron a finales de septiembre.

Los agentes siguieron el curso de las piezas que habían sido arrebatadas de las tumbas del camposanto. La investigación concluyó en una chatarrería del polígono Can Valero. Los investigadores del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron al propietario de la empresa, de 53 años, y a un empleado, de 44 años, como presuntos autores de un presunto delito de receptación. Los objetos sustraídos en las tumbas del cementerio no pudieron ser localizados. Todos habían sido fundidos.