­La Audiencia Provincial de Palma ha condenado a un empresario de la isla a cuatro años de prisión por estafar más de 200.000 euros a una docena de personas a las que captaba para que invirtieran su dinero bajo la falsa promesa de suculentos beneficios. El acusado, de 51 años de edad y con tres sentencias anteriores por diversos fraudes, aparentaba una solvencia de la que carecía y se aprovechaba de las dificultades económicas de sus víctimas, a las que prometía devolver las cantidades que ellos ingresaban más el 50 o el 100 por cien en concepto de intereses. Al final, el sospechoso se apropiaba del dinero que los perjudicados invertían.

El empresario confesó ayer los hechos ante la sala y aceptó la pena propuesta por el fiscal por un delito continuado de estafa. Además de los cuatro años de cárcel, el tribunal le ha impuesto una multa de nueve meses y una indemnización que supera los 206.000 euros, el dinero que defraudó a los doce perjudicados.

Los hechos ocurrieron entre noviembre de 2008 y principios de 2009, cuando el imputado, como administrador de una sociedad, se dedicó a captar a inversores con la promesa de obtener altos rendimientos. El empresario, a cambio de los préstamos recibidos, ofertaba unos intereses muy superiores a los del mercado que oscilaban entre el 50 y el 100%. El hombre hacía creer a las víctimas que disponía de capital que procedía de personas necesitadas de liquidez a las que cobraba elevados intereses. El acusado urdió una trama y extendió pagarés sin fondos para ganarse la confianza de los inversionistas.