La Audiencia de Valencia ha condenado a un matrimonio a abandonar su casa de Xirivella durante tres meses por los ruidos que causan. Los vecinos aseguran que están "hartos" de escuchar a la pareja "cuando hace el amor" y de oír sus gritos a todas horas. El demandado alega que la denuncia es por motivos racistas ya que sus vecinos no "soportan" que su mujer sea una ciudadana de color de Guinea Ecuatorial.

Los vecinos de la finca explicaron ayer que "las molestias comenzaron hace cinco años. Es fuerte, pero les oímos cuando hacen el amor", aseguró una de las denunciantes.

La titular del juzgado de Primera Instancia número 1 de Mislata ya dio la razón hace nueve meses a la comunidad de propietarios e instó a Tomás Valera, un fontanero de 37 años en paro, y a su mujer a abandonar la vivienda.

Tomás Valera lamentó que todos los problemas con sus vecinos comenzaron cuando su mujer -una joven de 26 años- se fue a vivir con él. "Las quejas eran de dos familias, pero es falso que nosotros hiciéramos tanto ruido. Los tabiques de estos pisos no cumplen la normativa y se escucha todo. A mí me han denunciado por racismo. Les molestaba que muchas veces vinieran personas de color a mi casa", declaró.

El demandando también rechaza las quejas de sus vecinos sobre el volumen de sus relaciones sexuales e insiste en que son una exageración. "Siempre que he estado con mi mujer he intentado que no se oiga", señaló. Además, mantiene que sus vecinos tienen demasiada imaginación. "Han llegado a decir que había gente desnuda en mi casa. Que me expliquen cómo lo han podido ver desde el piso de arriba", lamentó. Pedro Valera añadió que "aunque solo se han quejado dos familias, el administrador está de su parte". El demando llegó a realizar mediciones de ruido para demostrar que el problema era por deficiencias en la construcción de la vivienda.

Comunidad de propietarios

La presidenta de la comunidad de vecinos cuando se presentó la denuncia, Mila Ponferrada, apuntó que han tratado de llegar a un acuerdo amistoso con la pareja, pero "ha sido imposible. No es una cuestión de dos familias. Algunos vecinos no podían conciliar el sueño a las cuatro de la mañana. Han agotado nuestra paciencia".

Mila Ponferrada precisó que los vecinos demandados "ponían la música a todo volumen y daban voces y portazos". La denunciante indicó que lo que más les ha dolido "ha sido las acusaciones de racismo. En el juicio ya alegaron que la denuncia era racista, pero es falso. Todos tenemos derecho a que se respeten nuestras horas de descanso".

Tomás Valera reconoce que no sabe qué va a hacer para cumplir la sentencia. "Estoy en paro desde enero y solo de hipoteca pago setecientos euros. No he hablado con mi abogado, pero esta sentencia nos deja en la calle. No tenemos ninguna salida", afirmó. El matrimonio ya no puede recurrir.

La decisión de la Audiencia de Valencia tiene algún precedente. El que fuera elegido como Míster Cádiz en el año 2008, Alberto García Lavié, fue condenado a pasar tres años de su casa. El joven fue denunciado por sus vecinos porque ponía la música muy alta.

Una vecina grabó en vídeo las molestias

La vecina que tiene el piso encima de la vivienda del demando explicó que decidió grabar en vídeo las molestias para "tener pruebas y aportarlas en el juicio. Ellos llevan así seis años. La mujer invita a su casa a muchas personas que no dejan de hacer ruido. Yo no soy racista. La situación era insoportable", indicó. La denunciante considera que la calidad de los tabiques "es una excusa. Decidimos ir al juzgado porque era la única solución". R. f. valencia