­Vuelve la heroína. Tras dos décadas en las que el consumo de esta droga llegó a ser casi residual, limitado a los antiguos yonkis que habían sobrevivido al sida y las sobredosis, las últimas operaciones policiales han confirmado que esta droga derivada del opio ha resurgido con fuerza entre los toxicómanos, con la salvedad de que ya no se suele consumir por vía intravenosa, sino que prefieren inhalar el humo que produce cuando se quema.

El consumo de heroína en España durante los años setenta y ochenta está asociado a la desgracia de miles de jóvenes y sus familias. Esta droga es brutalmente adictiva y provoca la dependencia a partir de los primeros consumos. En aquella época se asoció a la imagen del yonki, el drogadicto capaz de todo por conseguir la siguiente dosis, y relacionado directamente a la oleada de delitos violentos que sacudieron la sociedad aquellos años.

El sida se cebó en aquellos consumidores, habituados a compartir jeringuillas, y relegó la droga a un consumo marginal, que ahora ha repuntado.