Los presuntos narcotraficantes habían adoptado medidas de seguridad extremas en una de las casetas de Son Banya para evitar la entrada y registro de los agentes. Cuando los investigadores de la Guardia Civil irrumpieron en este domicilio, comprobaron que la puerta de acceso era blindada y estaba reforzada con planchas de hierro. Los agentes sospechan que este inmueble constituía un activo punto de venta de droga. Mientras, en el barrio de La Soledat, son muchas las viviendas que disponen de rejas metálicas a la entrada. Según los moradores, se trata de una cuestión de seguridad para evitar que los ladrones puedan entrar a robar.