Dos agentes de la Guardia Civil pusieron ayer sus vidas en peligro para detener a un conductor ebrio que circulaba en dirección contraria por la autopista en sa Pobla. Los guardias que descubrieron su presencia cruzaron el furgón en la calzada para frenar su avance, logrando que se estrellara contra ellos. Tanto los dos agentes como el temerario conductor resultaron heridos y fueron hospitalizados, aunque sus vidas no corrían peligro. El kamikaze, que recorrió más de medio kilómetro en sentido opuesto, quedó arrestado tras cuadruplicar la tasa máxima de alcohol permitida. En el siniestro se vio implicado otro vehículo, cuyos ocupantes resultaron ilesos.

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