Caso resuelto. Después de tres años, la Guardia Civil ha logrado esclarecer el brutal asalto ocurrido a mediados de 2008 en un domicilio del Port d´Alcúdia en el que un ladrón estuvo a punto de matar al morador tras asestarle varias cuchilladas, una de ellas en el cuello, y golpearle la cabeza contra el suelo al verse descubierto. Las pruebas de ADN han sido la pieza clave para resolver el violento robo. Los investigadores, gracias a la coincidencia de los perfiles genéticos hallados, han conseguido localizar y detener al peligroso atracador. Se trata de un ciudadano argentino, de 40 años de edad, con múltiples antecedentes policiales a sus espaldas por delitos similares que acababa de salir de la prisión de Palma.

Los agentes del puesto de Pollença arrestaron ayer al sospechoso al que le imputan inicialmente los delitos de homicidio en grado de tentativa, lesiones graves y robo con violencia e intimidación. El presunto asaltante salió de la cárcel el pasado 4 de septiembre y hoy está previsto que pase a disposición judicial en Inca. El brutal atraco causó una gran alarma social en Muro y Alcúdia.

En mayo de 2008

Los hechos se remontan al pasado 27 de mayo de 2008 cuando un atracador accedió a un chalé de la zona del Port d´Alcúdia. El morador de la vivienda, un hombre de 52 años, sorprendió al ladrón ´in fraganti´, lo que provocó que el sospechoso reaccionara de forma desproporcionada y violenta.

El asaltante, al verse descubierto, se aproximó al inquilino y presuntamente le asestó varias puñaladas de forma descontrolada con un gran cuchillo de cocina. Una de las cuchilladas, de unos 7 centímetros de profundidad, le alcanzó el cuello a un centímetro de la yugular. Acto seguido, el sospechoso arrojó al suelo al perjudicado, se colocó encima de él y supuestamente empezó a golpear brutalmente la cabeza contra el suelo reiteradas veces, causándole un politraumatismo craneal.

La víctima pidió ayuda a gritos y consiguió alertar a un vecino, quien ahuyentó al ladrón que finalmente se dio a la fuga. La Policía Judicial de Pollença y Palma inició una investigación, inspeccionó la casa y recogió múltiples muestras que fueron analizadas en los laboratorios de Criminalística de la Guardia Civil. Durante tres años, las pesquisas continuaron hasta que las pruebas de ADN fueron positivas y señalaron al culpable. Los agentes detuvieron entonces al sospechoso en el marco de la ´Operación Pibe´.