­El crimen cometido por José Juan P.P. conmocionó a la isla a principios de 2010. Fue el primer asesinato del año de violencia doméstica. El sospechoso y su compañera sentimental, Joana Maria Rebassa, ambos con una discapacidad psíquica, residían en un piso tutelado en la calle Sant Josep de la Muntanya, en el barrio de Camp Redó, en Palma. No había antecedentes de malos tratos y la pareja se profesaba constantes muestras de cariño en público. La muerte violenta de la mujer de 42 años cayó como un jarro de agua fría entre sus vecinos y allegados, ya que José Juan nunca se había mostrado agresivo y la relación que mantenían era muy afectuosa.

La noche antes del crimen, que coincidía con la festividad de Sant Sebastià, la pareja salió de fiesta por la ciudad. Luego, al regresar a casa, se pusieron a ver la televisión hasta que decidieron irse a dormir. Fue en la habitación conyugal, cuando ya dormía Joana María, cuando el hombre la atacó.

Tras el asesinato, José Juan hizo las maletas y huyó de Palma vestido con ropa de mujer. La Policía Nacional difundió su fuga entre los diferentes cuerpos de seguridad y, al cabo de unas 24 horas del macabro hallazgo del cuerpo, la Policía Local de Sant Llorenç des Cardassar lo localizó y detuvo.

El hombre, de 55 años, fue hallado cuando deambulaba, en mitad de la noche, junto a una carretera entre Son Servera y Porto Cristo. En el momento de ser arrestado, José Juan vestía ropa de la fallecida, además de llevar una bolsa de viaje que contenía principalmente ropa de mujer.

El sospechoso en un primer momento confesó los hechos en los juzgados de Manacor y explicó que quería ser una mujer y por ello deseaba vestirse con prendas femeninas. El hombre recordó que estuvo ingresado en el psiquiátrico desde muy joven y su estancia resultó traumática.