­Abel Ureña Zafra, camarero del hotel Ushuaïa Ibiza Beach al que un empleado de seguridad del establecimiento dio un brutal puñetazo con la mano izquierda la medianoche del 19 de agosto, falleció ayer a las 10 de la mañana en la Policlínica Nuestra Señora del Rosario. Allí permanecía ingresado, en coma inducido y con respiración artificial desde que recibió el fatídico impacto. El joven, de 28 años y natural de Rubí (Barcelona), no se pudo recuperar del golpe que le propinó el portugués José Pereira Sousa, en paradero desconocido desde aquella noche, que le destrozó la mandíbula y le provocó un traumatismo craneoencefálico severo.

El suceso se produjo en la zona del hotel reservada al personal y fue grabado por las cámaras de seguridad. La propiedad despidió inmediatamente al agresor, del que sus compañeros destacaban su extraordinaria fuerza y su carácter prepotente. De 1,65 metros de altura y experto en vale tudo (modalidad en la que los luchadores pueden emplear cualquier arte marcial), Pereira tuvo un arrebato violento cuando observó cómo Abel Ureña flirteaba con su novia en las proximidades del Minami, restaurante japonés que se halla en el interior de Ushuaïa, un establecimiento ubicado en Platja d´en Bossa.

El portero luso consiguió zafarse de los otros guardias de seguridad que intentaban sujetarle y persiguió al camarero hasta un office habilitado para carga y descarga en el que se había refugiado. José Pereira abrió la puerta y de un solo crochet con el puño izquierdo tumbó a su compañero, que cayó de espaldas, tendido en un charco de sangre y ya inconsciente.

Tres días después de caer fulminado, el catalán fue intervenido quirúrgicamente en la Policlínica Nuestra Señora del Rosario después de que los facultativos le efectuaran un TAC y comprobaran que tenía una compresión excesiva del cerebro.