Verónica D.M., la joven arrestada el pasado fin de semana acusada de la muerte de su novio, Francisco C.A., de 25 años, cuyo cadáver fue hallado degollado el sábado en el apartamento en el que ambos residían en Cala Major, manifestó a los investigadores que su compañero se sentía amenazado. La detenida, que el pasado martes ingresó en prisión por orden judicial por un delito de homicidio, indicó que Kiko, su pareja, le había comunicado hacía tiempo que temía por su integridad física.

La sospechosa se mostró tajante tanto en su declaración policial como judicial al negar los hechos. La joven descartó de forma rotunda estar implicada en el crimen y apuntó a un ajuste de cuentas como móvil del homicidio. Según su versión, su novio tenía deudas y él mismo le había dicho que tenía miedo.

El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional continúa con las pesquisas. Las investigaciones apuntan a que la pareja atravesaba un mal momento en el que las discusiones conyugales eran frecuentes. La Policía sospecha que el sábado se produjo una disputa y, poco después, Francisco C.A. fue atacado con un arma blanca cuando se encontraba fregando los platos en la cocina del pequeño apartamento 717 en el que vivían en el edificio Pullman, situado en la calle Joan de Saridakis. Luego, la sospechosa supuestamente abandonó el cuerpo para ir a la piscina de la finca y dejó que el joven se desangrara durante aproximadamente una hora. Después, regresó a la vivienda y presuntamente fingió el hallazgo del cadáver.

La detenida negó todas las acusaciones ante el juez y recordó que el sábado por la tarde bajó a la piscina con una amiga donde estuvo unos tres cuartos de hora o una hora. Posteriormente, al subir al apartamento descubrió el cuerpo ensangrentado de su novio y en seguida dio la voz de alarma a gritos, muy afectada por lo ocurrido.

Los investigadores detectaron varias contradicciones en su versión de los hechos la misma tarde del crimen, por lo que procedieron a su detención. La joven trató de justificar sus lagunas alegando que sufre dislexia. Pero la Policía está convencida de su participación ya que todo ocurrió en muy poco tiempo, en un lapso de apenas media hora, sobre las siete de la tarde. Además, la puerta de casa no estaba forzada y el perro no ladró ni detectó la presencia de un extraño.