Mallorca volvió a convertirse ayer en un infierno. Cuatro incendios forestales, algunos de ellos intencionados, trajeron de cabeza a los bomberos en Palma, Calvià y Petra y arrasaron varias hectáreas de bosque. Costa d´en Blanes se llevó la peor parte cuando, a media tarde, las llamas comenzaron a devorar un pinar, acercándose peligrosamente a varias viviendas y provocando el desalojo de una quincena de vecinos. La magnitud del fuego forzó la intervención de unos 70 bomberos en tierra, apoyados desde el aire por helicópteros y aviones, algunos de ellos llegados desde la península, y provocó el corte de la salida de la autopista que conduce a Bendinat. Las primeras estimaciones cifraban en unas 20 hectáreas la superficie quemada.

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