"Me he dado cuenta de que me pasaba algo, intenté frenar y no pude. No tenía control sobre mi cuerpo, no me respondía. Cuando reaccioné ya estaba colgado del cinturón". Con estas palabras, el conductor del autobús accidentado en la carretera de s´Illot describió las sensaciones que experimentó antes del impacto.

El conductor del autobús, José B.B., de 59 años, presentaba ayer síntomas de haber tenido un problema cardiaco. Al parecer, tenía antecedentes en este sentido. "El año pasado, en su casa, tuvo una arritmia cardiaca. Se sintió mal. Nosotros le hicimos pruebas, pero no le detectamos nada", explicó ayer Pedro Pascual, propietario de Autocares Levante, desde las urgencias del Hospital de Manacor.

Los 32 pasajeros del autobús vivieron ayer algo parecido a una película de terror. De repente, vieron cómo el conductor perdía el control del volante y se estrellaba irremediablemente contra un muro. El vehículo volcó en la calzada. Algunos viajeros quedaron suspendidos de sus cinturones. Los que no habían tomado la precaución de abrochárselo, chocaron violentamente contra el suelo y se clavaron cristales.

Iván González y Paqui Román pertenecen al colectivo de turistas precavidos. Gracias a abrocharse el cinturón, apenas sufrieron contusiones leves. Estos dos turistas de Barcelona acababan de llegar a Mallorca para pasar una semana de vacaciones en sa Coma. Viajaban en los primeros asientos, en la fila cuatro, cuando sufrieron el accidente. "Nos hemos dado cuenta de la importancia del cinturón. Cuando el autobús ha volcado, nos hemos quedado colgando de él", indicó ayer Iván nada más recibir el alta en el centro sanitario.

El autobús había recogido a los pasajeros en Son Sant Joan y los iba repartiendo por distintos hoteles de Porto Cristo, s´Illot y Calas de Mallorca. Sobre las diez de la mañana, el conductor del autobús tomó el desvío hacía s´Illot de la carretera que une Porto Cristo con Cala Millor. Apenas unos 200 metros después, el chófer perdió el control y destrozó un muro tras invadir el carril contrario.

"El chico de delante de nosotros iba leyendo un libro y no se había preocupado de abrocharse el cinturón. Al volcar el autobús, se ha cortado con los cristales", explicó Paqui tras ser atendida en las urgencias del hospital de Manacor.

Muy pocos viajeros del autobús siniestrado tomaron la precaución de abrocharse el cinturón. El resultado fue diametralmente opuesto. Mientras unos quedaron colgando, otros se golpearon contra el autobús.

Asimismo, los agentes de la Guardia Civil de Tráfico se personaron en las urgencias del Hospital de Manacor para tomar declaración al conductor del vehículo siniestrado. Las primeras hipótesis de los investigadores del Instituto Armado al reconstruir el accidente apuntaban a que el conductor sufrió una distracción al volante.