Gracias a la generosidad de una vecina al colarles bocadillos por una ventana, los pequeños lograron subsistir. Como en otras muchas ocasiones, la madre los había encerrado y se había ausentado durante varios días de su domicilio en la avenida de Joan Miró. La Policía la detuvo como presunta autora de los delitos de abandono de menores, malos tratos y detención ilegal.

El testimonio de la vecina fue providencial para que se pusiera fin al calvario que habían padecido los menores. La madre, incluso, llegó a lanzarles un cuchillo. La situación de malos tratos se recrudeció hace unos meses desde que el padre decidiera separarse. El hijo mayor, de 16 años, no dudó en irse con él. Los pequeños, de 10 y 11 años, se vieron resignados a padecer todo tipo de penalidades.

La madre tenía por costumbre dejar a los dos niños encerrados con llave. Los pequeños no tenían escapatoria. En algún caso su cautiverio se prolongó durante cuatro días. También era habitual ver a los niños esperar durante horas ante la puerta del domicilio a que su madre tuviera a bien aparecer por casa.

Después de suministrarle los bocadillos, la vecina benefactora preguntó a los dos niños si preferían irse con su padre. Los dos menores respondieron afirmativamente sin vacilación. La madre no tuvo reparos en desprenderse de ellos.

Tras recibir la denuncia por presuntos malos tratos, agentes del Servicio de Atención a la Familia (SAF) del Cuerpo Nacional de Policía se hicieron cargo de la investigación.

Uno de los niños, el de 11 años, presentaba un traumatismo en uno de sus brazos. Según su versión de los hechos, su madre le había cogido del cuello y le empujó contra la pared. El consiguió escabullirse y zafarse de la agresión. Cuando estaba a punto de escapar, su madre, presuntamente, le propinó un fuerte golpe con un zueco de madera que le dejó un hematoma en el brazo.

La vecina, por su parte, resaltó que el trato habitual de la madre con sus hijos era a base de insultos y gritos. Cuando la madre empezó una relación con un vecino de la finca, el trato con sus hijos empeoró aún más si cabe.

El niño de 11 años se llevó casi siempre la peor parte. Su madre, relató el menor, le lanzó un cuchillo que se le clavó en un pie. Una semana antes apareció con un ojo morado. A su padre le dijo que fue jugando con la hermana. Luego, admitió que su madre le dio co un zapato.

El pasado jueves, la Policía citó a la madre para que se pasara por la Jefatura. Acto seguido, sobre las 12.40 horas, la detuvieron por los malos tratos.