¿Una imprudencia temeraria o un acto de libertad personal? La muerte del alemán Matthias Bucko, de 28 años, que cayó desde más de cien metros de altura cuando escalaba la pared de sa Gubia, en Bunyola, sin ningún tipo de cuerda ni elemento de seguridad, es vista de forma diametralmente opuesta por parte de los expertos en rescates de montaña y por los practicantes de escalada. Mientras los profesionales de rescates lo consideraron directamente "una negligencia" y "una práctica totalmente desaconsejable", un representante de la Federación de Escalada lo defendió como una opción personal, realizada por lo general por personas que "conocen los riesgos y los asumen".

Matthias Bucko y su hermano Stephan llegaron a Mallorca el pasado día 2. Al día siguiente se unió a ellos un amigo, también alemán aunque residente en Suiza. Los tres jóvenes se disponían a pasar una semana en la isla recorriendo los principales puntos de escalada. Se movían en un coche alquilado y dormían en el monte, a la intemperie.

El pasado jueves iniciaron la ascensión a sa Gubia, una montaña de Bunyola de 609 metros, con una pared en forma de semicírculo de unos 140 metros, y que es uno de los lugares más populares de escalada de Mallorca. El residente en Suiza, con un nivel técnico superior, iba el primero. Le seguía Matthias y cerraba el grupo Stephan, separados unos diez metros uno de otro. Escalaban sin cuerdas ni otros elementos de sujeción, la modalidad conocida como "solo integral".

Cien metros de altura

Sobre las diez de la mañana, cuando estaban ya muy cerca de la cima, Matthias se precipitó al vacío desde más de cien metros de altura. Ninguno de sus dos acompañantes lo vio. En su caída pasó junto a su hermano y a punto estuvo de llevárselo por delante. El que iba el primero solo oyó un ruido y un grito, y al mirar abajo vio el cuerpo del joven en el fondo. Los dos jóvenes escaladores dominan sus nervios y deciden bajar de forma distinta. Stephan saca una cuerda que llevaba y baja rapelando. Su amigo llega hasta la cumbre y baja corriendo por la ladera. El joven Matthias había fallecido en el acto.

Consultados varios expertos de los equipos de rescate en montaña de la Guardia Civil y los Bombers de Mallorca, se mostraron muy críticos con la práctica de este tipo de escalada, sin ningún tipo de elemento de seguridad.

"Es una temeridad y está totalmente desaconsejado", comenta Joan Antoni Monserrat, cabo de los Bombers de Sóller. "Se trata de un deporte de riesgo en el que no se hace uso de ningún mecanismo de seguridad. Cualquier incidente que en otras circunstancias resulta algo leve o normal, como un desprendimiento de una piedra o un mareo, aquí se traduce en un accidente muy grave. Y más en una vía tan alta como esta, de más de cien metros".

Monserrat, que lleva diez años en el equipo de montaña de los Bombers, explica que en este tiempo nunca ha intervenido en un accidente como este. "Los escaladores no suelen dar problemas, son autosuficientes y entre ellos no son frecuentes los accidentes".

Sin embargo, los aficionados a la escalada defienden la libertad de quienes practican esta modalidad. "Depende del nivel de conocimiento que tenga cada persona", explica un miembro de la Federación Balear de Montañismo que prefirió que no se publicara su nombre. "Cuando practicas un deporte como este debes asumir el riesgo. Es un tipo de escalada muy técnica, pero no necesariamente es una imprudencia. Si lo hacen es porque creen que tienen la capacidad técnica y física para hacerlo. Es una opción personal, y no somos quién para decidir por los demás".

Otro experto escalador mallorquín explica que los practicantes del "solo integral" son una minoría. "Hay cientos de personas que hacen escalada en Mallorca, y los que lo hacen sin cuerda serán cuatro o cinco. Normalmente lo hacen en vías concretas, de nivel bajo y que conoce muy bien, y ellos suelen ser gente muy preparada. En cualquier caso es un riesgo, porque si te falla una mano al buscar la presa siguiente, te caes. El que hace escalada sin cuerdas lo sabe, y lo asume".