Se llama Jennifer García Quintana, tiene 13 años y lleva seis días desaparecida. Es hija de un empleado de un banco de Mallorca y su familia está desesperada, por lo que han difundido por Internet un lacrimógeno mensaje junto a una fotografía de la pequeña en busca de la colaboración. Aunque el correo electrónico se ha difundido a un ritmo vertiginoso, no hay ninguna pista fiable sobre su paradero, porque Jennifer no vive en Mallorca, ni su padre trabaja en un banco ni ha desaparecido. Quizá Jennifer ni siquiera existe.

Bulo 2.0

Es una de las muchas historias que circulan por la Red, versiones modernas de los bulos y leyendas urbanas de toda la vida –¿cómo olvidar el vídeo de Ricky Martin y la niña de la mermelada?–. El caso de Jennifer nace en México a principios de enero. En su versión original, es hija de un profesor universitario de aquel país, donde incluso algunos diarios publican el llamamiento. Pero en cuanto la historia empieza a circular, el hombre cambia de profesión y se convierte en empleado de un banco, diferente en función de la zona por la que se difunde el correo. Jennifer ha ´desaparecido´, de momento, en Argentina, Uruguay, Mallorca, León, Huesca, Cartagena y Valladolid. El objetivo de estos correos que se convierten en cadenas masivas es recopilar el mayor número de direcciones posible para, generalmente, utilizarlas en intentos de estafa como el ´phishing´. Así que cuidado con reenviar todo lo que llega a nuestros buzones.

Bricomanía para ´manguis´

Un hombre ya entrado en años fue visto el sábado de la semana pasada cargando en una carretilla tejas y baldosas de la obra de la nueva sede de la Jefatura Provincial de Tráfico, en la calle Manuel Azaña de Palma. La inusual hora a la que lo hacía –las diez de la noche– provocó que un testigo sospechase y llamara a la Policía. Los agentes vieron al hombre con la carretilla ya vacía y decidieron seguirle. De nuevo acudió a Tráfico, cargó material y se marchó. Fue interceptado cuando entraba en un almacén de la cercana calle Antoni Ribas, donde había acumulado ya 170 baldosas y 70 tejas árabes. "Son para hacerme un gallinero", alegó.

Ladrones de gasolina

Un trabajador del polígono de Levante descubrió el miércoles que todo es susceptible de ser robado. El hombre se disponía a arrancar su coche cuando se dio cuenta de que el depósito de gasolina estaba más seco que la mojama, pese a que cuando horas antes había aparcado estaba medio lleno. Los amigos de lo ajeno habían aprovechado que la cerradura del tapón estaba rota para llevarse unos 20 litros de combustible. La cara del conductor cuando tuvo que ir a la gasolinera más cercana a llenar una garrafa era un poema.

Una empresa original

Desde hace unos meses pulula por Palma el Equipo A. Unos tipos enfundados en un mono a bordo de la mítica furgoneta negra con una franja roja igualita a la de M.A. Baracus y compañía. Pero en este caso no son exmilitares fugitivos dispuestos a luchar contra los villanos, sino trabajadores de una empresa de reformas que ha adaptado el estilo de la mítica serie televisiva. "Se vieron envueltos en una crisis que no habían provocado. Ahora viven como reformistas de éxito, si los necesita quizás pueda contratarlos", podría ser su eslógan.

Aquí no hay ningún fuego

La alarma suena, el lunes por la tarde, en la central de una empresa de seguridad. Hay un incendio en una carpintería de la calle José Martínez, en Palma. La Policía Local y los Bombers reciben el aviso y se dirigen al lugar a toda prisa por el peligro que entraña un local repleto de madera y envuelto en llamas. Pero cuando llegan al taller, los que se alarman son los trabajadores. ¿Fuego? ¿Dónde? El único problema que había allí era que el detector de incendios estaba averiado.

Poca integración

Un marroquí, detenido esta semana en Palma, demostró no haberse integrado demasiado en España pese a que lleva ya once años aquí. El hombre solicitó la presencia de un intérprete para poder responder al interrogatorio, ya que según aseguró, no sabe decir casi nada en castellano.

Linchamiento vecinal

Varios vecinos de una finca de Palma se presentaron el jueves por la noche en el juzgado de guardia. Estaban hartos de las molestias que desde hace varios meses provoca una de las moradoras del inmueble, que hace ruidos a horas intempestivas y los amenaza. Los afectados anunciaron que si nadie tomaba cartas en el asunto, estaban dispuestos a "linchar" esa misma noche a la incómoda vecina. Su enfado debía de ser evidente, porque el juzgado alertó a la Policía y a los servicios sociales para que mediaran en el asunto y evitaran males mayores.

Enhorabuena, comandante

Joaquín Molina, hasta ahora jefe del Servicio de Información de la Guardia Civil de Balears, ha ascendido a comandante y está pendiente de su traslado a un nuevo destino, previsiblemente como jefe de la compañía de Calvià. Para celebrarlo, ofreció un vino español en la Comandancia. ¡Enhorabuena!