Una compañía aseguradora contrató a un detective privado para seguir a un hombre con la pierna amputada tras sufrir un grave accidente de tráfico en el verano de 2008 en Palma cuando circulaba con su ciclomotor y fue arrollado por un coche. El afectado, un albañil que se hallaba en el paro y que ahora tiene 64 años, resultó herido de extrema gravedad, le amputaron la pierna izquierda y permaneció cien días en el hospital. A consecuencia del siniestro, quedó incapacitado y tuvo que comprar una nueva vivienda, una planta baja en la ciudad, que fue reformada para adaptarla a sus limitaciones. La víctima reclama una indemnización de más de 300.000 euros por las severas lesiones y las secuelas que le han quedado, así como por los abultados gastos que ha tenido a raíz del accidente.

La empresa aseguradora del coche que atropelló al motorista, que figura como presunta responsable civil en el caso, decidió contratar a un detective para que informara de la situación real del afectado. El investigador realizó un informe y estos documentos fueron presentados en el juzgado.

La semana pasada se celebró el juicio por este caso en Palma y el conductor que arrolló al motorista aceptó una condena de dos años y medio de prisión por conducir en estado ebrio y de forma temeraria por la ciudad y no auxiliar a la víctima tras el accidente. A pesar de llegar a un acuerdo en la vía penal, la vista oral continuó para determinar la responsabilidad civil y la indemnización que el perjudicado debía recibir.

Fue durante el juicio cuando el informe del detective salió a la luz e incluso varias fotografías fueron exhibidas a la víctima.

Casa con huerto

En una de la imágenes que captó el investigador privado aparecía la casa actual del perjudicado que cuenta con un huerto en la parte trasera. Al ser interrogado por la planta baja, el afectado confirmó que había un huerto y que era una de sus hermanas la que se encargaba de cuidarlo. "Ella plantó las tomateras", recordó el hombre.

La víctima también tuvo que responder sobre sus posibilidades de moverse y andar y las razones por las que eligió un determinado modelo de vehículo para desplazarse. El hombre explicó que no podía caminar muchos metros y que necesitaba la ayuda de las muletas. Por eso se compró un coche "sin carné" y escogió uno de los modelos más caros porque por las características del vehículo podía entrar con la prótesis sin problemas, según su versión.

Además, el perjudicado destacó que su vida había cambiado por completo y que dependía de su familia y de otra persona para las tareas diarias después de sufrir el accidente en el Camí dels Reis el pasado 2 de julio de 2008. El hombre indicó que ya no podía ir al monte de caza ni a buscar setas ni tampoco a bailar. "Todo se acabó", resumió. Además de dolores, también sufre depresión, según dijo.