La aversión a todo aquel que no es mallorquín del hombre que fue detenido el lunes por amenazar con un machete a la clientela de una discoteca de Palma parece rozar lo patológico. El acusado aprovechó anteayer su paso por los juzgados para seguir lanzando proclamas contra los forasters y estampó un moco en el auto judicial que le dejaba en libertad pero ordenaba su ingreso en un centro psiquiátrico.

Según parece, el sospechoso, podría padecer un trastorno mental que el pasado fin de semana le llevó a salir de casa armado con un machete. Los clientes que entraban y salían de una discoteca del Paseo Marítimo descubrieron con temor cómo, a las puertas del local, un hombre blandía un cuchillo de monte de 18 centímetros de hoja y amenazaba con pinchar a todos ellos, según explicaron fuentes policiales.

Policía fuera de servicio

Por fortuna, uno de los testigos era un agente de la Policía Local de Calvià, que estaba fuera de servicio y había salido a tomar unas copas. Fue él quien, junto a un joven, consiguió desarmarlo y reducirlo, mientras la Policía Local se dirigía al lugar. Los agentes de la Unitat d´Intervenció Immediata (UII) que lo arrestaron pudieron escuchar cómo el acusado explicaba, durante su traslado al cuartel, que su intención era "agredir a forasters".

El hombre, de 47 años, solo pasó unas horas en los calabazos. El mismo lunes por la tarde fue conducido por la Policía a los juzgados de Vía Alemania para que prestase declaración ante la titular de instrucción 4, que se encontraba en funciones de guardia.

Centro psiquiátrico

El sospechoso, acusado de un delito de amenazas con arma blanca, fue interrogado por la juez y examinado por el médico forense. La magistrada, tras escuchar su relato, decretó su puesta en libertad pero al mismo tiempo ordenó que, debido al trastorno mental que según todos los indicios padece, ingresara en un centro psiquiátrico de la ciudad.

Al hombre no le sentó demasiado bien esta resolución. Cuando fue informado de la decisión de la juez, el hombre siguió insistiendo en su idea de acabar con los forasters. A modo de protesta, el acusado estampó un moco en el auto judicial cuando se lo entregaron para que lo firmase.

Finalmente, el sospechoso fue trasladado por la Policía al hospital psiquiátrico, donde ingresó a última hora de la tarde. El hombre está imputado por un delito de amenazas con arma blanca y está previsto que en las próximas semanas sea sometido a un profundo examen psiquiátrico para determinar su grado de responsabilidad penal.