Un recipiente del tamaño de un paquete de tabaco activó ayer un dispositivo por riesgo radiactivo en Palma. El hallazgo en el centro médico del Coll den Rabassa de un pequeño envase de plomo, abandonado allí el día anterior por una desconocida y destinado al transporte de material para tratamientos de radioterapia, movilizó a un buen número de policías, bomberos y técnicos de las consellerias de Interior, Industria y Medio Ambiente. Tras dos horas de incertidumbre, las mediciones permitieron descartar que el bote emitiera radiaciones. La Policía, que alertó de lo ocurrido a la Delegación del Gobierno y esta al Consejo de Seguridad Nuclear, tratará ahora de aclarar cómo salió el envase del circuito sanitario y quién lo llevó al centro médico del Coll.

El lunes por la tarde, una mujer acudió al PAC de esta barriada palmesana, situada en la calle Vicente Tofiño. Depositó en el mostrador un pequeño bote blanco, explicó que una vecina suya le había encargado que lo llevara allí antes de irse de vacaciones y se marchó. Tiempo después y tras consultar con un colega de un hospital madrileño un médico detectó que aquel bote era uno de los que se utilizan para transportar material radiactivo utilizado en tratamientos de radioterapia. No había razón lógica para que aquel envase estuviera en el centro médico, por lo que el coordinador del PAC contactó esa misma tarde con Son Dureta, aunque no encontró a nadie en el servicio de radiología.

Misterioso origen

Ayer por la mañana se optó por informar al 112, que alertó del hallazgo a los servicios de emergencias. Al filo del mediodía, varias dotaciones de los Bombers de Palma, agentes de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) y de la Policía Judicial del Cuerpo Nacional de Policía y efectivos de la Dirección General de Emergencias se desplazaron al centro médico para hacerse cargo del recipiente.

El envase fue aislado en un cubo de plástico para desechos médicos y depositado en una de las consultas del PAC a la espera de que los especialistas lo examinaran. Los encargados del operativo informaron a la Delegación del Gobierno, que fue informada del hallazgo porque solo el Ejecutivo central es competente para activar protocolos de alarma nuclear. También se puso sobre aviso al Consejo de Seguridad Nuclear, a la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) y se consultó con la UIB sobre la posibilidad de trasladar allí el recipiente.

A las doce y media, un equipo de TEDAX (Técnicos Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos) de la Policía Nacional, con formación en amenazas nucleares, inspeccionó el recipiente y con la ayuda de medidores descartaron que el bote tuviera fugas por las que pudieran filtrarse radiaciones y certificaron que el exterior estaba limpio.

Tras esta primera comprobación, se solicitó la presencia de un inspector de seguridad nuclear, dependiente de la conselleria de Comercio, Industria y Energía, para que analizase el interior del envase. También esta prueba, que concluyó hacia la una y media de la tarde, dio un resultado negativo, lo que puso punto final al operativo. El envase quedó aislado a la espera de que una empresa especializada en el tratamiento de residuos radiactivos se haga cargo de él.

Fuentes médicas y de los servicios de emergencias explicaron que este tipo de envases, fabricados en plomo y que pesan varios kilos pese a su reducido tamaño, se utilizan para el transporte de los elementos radiactivos que se utilizan para tratamientos de radioterapia y que solo se llevan a cabo en los hospitales de Son Dureta y Son Llàtzer. Los pacientes no se llevan estos recipientes, por lo que es anómalo que uno de estos contenedores acabase en un centro médico. Más sorprendente sería que, tal y como explicó la mujer que lo llevó al PAC del Coll den Rabassa, el bidón estuviera en un domicilio. Las mismas fuentes apuntaron también que pese a que se trata de material que no sale del circuito sanitario, su peligrosidad es baja porque son activos durante poco tiempo.

La Policía ha iniciado ya una investigación para aclarar cómo llegó el bote hasta el centro médico. La mujer que lo abandonó allí, quien aseguró que se lo había entregado una vecina, no había podido ser identificada ayer. Los agentes se entrevistaron tanto con el coordinador del PAC como varios de los médicos que trabajan allí en busca de información para averiguar el origen del envase, que sigue siendo un misterio.