La Policía confirmó ayer, basándole en las primeras conclusiones médicas, que el cadáver del menor hallado en Menorca sufrió todo el proceso de descomposición en el interior de la maleta. Se trata una valija convencional, de gran tamaño y de color rojo. No se ha averiguado todavía de qué forma se pudo meter el cuerpo ahí, pero se ha descartado que los restos humanos fueran descuartizados.

El cuerpo fue encontrado el jueves por la tarde por dos hermanos que el miércoles estaban buscando leña en la finca denominada Binidalí, en la localidad de Maó. Se trata de un terreno cubierto por una densa vegetación y por el que pasa muy poca gente, y se convirtió en un lugar idóneo para abandonar unos restos con la intención de que nadie los encontrara, aunque el azar quiso que fueran hallados causalmente.

La aparición del esqueleto sugiere todo un abanico de hipótesis sobre las causas que han provocado la muerte de este menor sin identificar, si bien de momento los investigadores son muy cautos y no se inclinan todavía por ninguna de estas líneas de investigación.

La Policía ha interrogado a los dos familiares que encontraron casualmente los restos óseos, que salvo la forma de cómo encontraron esta maleta, tampoco han podido aportar ninguna información más que pueda conducir a la resolución de este caso.

La edad exacta del preadolescente encontrado muerto no se conocerá hasta dentro de varias semanas ya que el análisis de los restos supondrá un estudio lento y muy complicado.