1.350 kilos de hachís en la barca y ni una gota de gasolina. Esta es la situación en la que se encontraban dos presuntos narcos que fueron sorprendidos por la patrullera de la Guardia Civil amarrados a una roca en Cabrera en junio de 2008. La semana que viene serán juzgados en la Audiencia de Palma y se enfrentan a sendas penas de seis años y medio de cárcel y multas por seis millones de euros.

Los acusados son Manuel S.G., de 33 años, y José Manuel C.G., de 50. Este último ya fue condenado en 1997 a quince años de prisión por un delito de tráfico de drogas.

Según el relato de los hechos que hace el fiscal, los dos acusados salieron en junio de 2008 a bordo de una lancha rápida llamada Larva. En aguas territoriales de Marruecos se encontraron con otra embarcación, de la que cargaron 36 fardos de hachís, con un peso total de 1.350 kilos.

Los dos hombres tenían previsto traer la droga a Mallorca, pero a la altura de Cabrera se quedaron sin gasolina, por lo que tuvieron que amarrar la lancha a una roca en las inmediaciones del faro de Llebeig. Allí fueron sorprendidos por la patrullera de la Guardia Civil. Los guardias comprobaron que la embarcación transportaba un gran alijo de droga, por lo que procedieron a su detención y se incautaron de la carga.

Tras su traslado a Mallorca, los guardias comprobaron que los 36 fardos de hachís que transportaba la lancha pesaban 1.350 kilos.

El juicio contra los dos presuntos narcotraficantes se celebrará la próxima semana en la Audiencia de Palma. El fiscal les considera responsables de un delito contra la salud pública, con la circunstancia agravante de tratarse de una cantidad de notoria importancia. Además, en el caso de José Manuel C. concurre además el agravante de reincidencia.

La fiscalía solicita para cada uno de los acusados una pena de seis años y seis meses de prisión. además de una multa de seis millones de euros.