Un policía local de Palma fue condenado ayer en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial a dos años de cárcel por coacciones a sus vecinos. El agente reconoció durante la vista que les imponía multas falsas de tráfico.

El policía local Miguel Ll., asistido por el abogado Jaime Campaner, alcanzó ayer un acuerdo con la Fiscalía. Ambas partes alcanzaron un acuerdo. Gracias a que reconoció los hechos, el ministerio público rebajó sustancialmente su petición de pena.

Inicialmente, el fiscal pidió para el policía local una pena de cinco años de cárcel por falsedad documental y dos años de prisión por coacciones. El agente impuso a sus vecinos cuatro multas de tráfico que "no se correspondían con la realidad". Después de la conformidad, el representante del Ministerio Público solicitó para el acusado un año y nueve meses por falsedad documental y tres meses de cárcel por las coacciones. También fue condenado a un año y 11 meses de inhabilitación.

"Quiero pedir disculpas a las personas a las que hecho daño y a la institución a la que represento", expreso el policía local ante el tribunal durante el ejercicio de su derecho a pronunciar la última palabra.

Orden de alejamiento

Asimismo, el tribunal dictó para el acusado una orden de alejamiento de 500 metros de las dos personas denunciantes durante un periodo no inferior de unos 21 meses. No obstante, nada más traspasar el umbral de la Sala el acusado, visiblemente emocionado, se abrazó a los denunciantes en la misma Audiencia Provincial.

Tal y como expresó momentos antes en el interior de la sala, el policía local les mostró su arrepentimiento a los denunciantes. Máxime cuando, después de la intervención de su letrado, se había librado in extremis de ingresar en prisión, al carecer de antecedentes penales.