No era la primera vez que un muro de hormigón daba problemas en el tren de Mallorca. Los maquinistas habían advertido a la dirección de Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM) de que había taludes que se habían desplazado visiblemente en las proximidades de Petra, y usuarios han detectado derrumbes cerca de la estación de Muro. A pesar de ello, SFM mantuvo abierta la línea de Manacor, aunque ordenó a los conductores que limitaran la velocidad y encargó un informe técnico para aclarar cómo solventar el problema. La decisión fue sustituir todo el muro, aunque la obra no se ha ejecutado todavía.

Fue a mediados de abril cuando, según explicaron ayer fuentes de la compañía, un maquinista dio la voz de alarma. Uno de los muros de contención que hay junto a las vías, en un puente a las afueras de Petra, se había inclinado varios centímetros.

La empresa reaccionó de inmediato para evitar males mayores. SFM indicó a todos los maquinistas que debían limitar la velocidad a 50 kilómetros por hora cuando circularan por aquel punto para minimizar el riesgo de que las vibraciones afectaran a la estabilidad del puente. Un día después de recibir este aviso se llevaron a cabo los primeros trabajos de urgencia, retirando parte de la tierra del talud para aliviar el peso que soportaba el muro.

La empresa ferroviaria encargó después un informe pericial para determinar qué actuaciones debían llevarse a cabo para solventar este incidente. Las mismas fuentes explicaron que un ingeniero de la península se desplazó a Mallorca para examinar el puente y adoptar una solución. Finalmente, se consideró que era necesario rehacer de nuevo todo el muro sin adoptar más medidas que la reducción de velocidad de los trenes en la zona. El puente seguía ayer en obras.

El siniestro que el pasado miércoles por la mañana dejó 30 heridos en Sineu puso de manifiesto las deficiencias existentes en los muros de contención del tramo Sineu-Manacor. De hecho, la conselleria de Movilidad ha descartado ya que las lluvias de las últimas semanas fueran la causa principal del accidente y apuntan a errores graves en la construcción de estas paredes o en las reformas que se hicieron después.

Corrimientos de tierra

En el tramo curvo donde se produjo el siniestro, a unos 300 metros de la estación de Sineu, las vías discurren entre grandes taludes. Una de las colinas, muy empinada, había sufrido ya al menos tres deslizamientos de tierra en los últimos meses, según explicaron ayer varios vecinos. La orografía y la composición del terreno propician que se produzcan corrimientos con cierta frecuencia.

El talud junto al que se produzco el accidente esta reforzado con un sistema de contención hecho con listones de madera, dispuestas a lo largo del montículo en dos líneas paralelas. En algunos puntos podía verse ayer mismo cómo los desprendimientos de tierras, ocurridos con anterioridad al accidente ferroviario, habían arrasado numerosos listones. No se descarta que estos deslizamientos hubieran provocado que el muro que cayó sobre las vías y contra el que se estrelló el convoy cediera al soportar más peso del que podía asumir. La Guardia Civil está elaborando un detallado informe.

Algunos usuarios del tren aseguraron ayer que también en la zona de Muro se han producido incidentes similares junto a las vías del tren. Una pasajera explicó que hace cuatro años se derrumbó un talud que todavía no se ha reparado.