El tren de Manacor descarriló ayer por la mañana a la altura de Sineu debido al desprendimiento de un muro de contención y causó heridas a una treintena de personas, dos de ellas de gravedad. Entre los afectados, los que se llevaron la peor parte fueron el maquinista y el revisor, quienes tuvieron que ser hospitalizados en estado grave. El conductor del convoy, Amador Ferriol Costa, vecino de Sineu de 58 años, se hallaba en estado crítico y ayer fue intervenido de urgencia en el hospital de Son Dureta. Mientras, su compañero, Joan Bibiloni Capó, el revisor del tren, sufrió un traumatismo torácico y fue trasladado a una clínica de Palma.

Los dos trabajadores de los Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM) tuvieron que ser rescatados de la cabina de mandos por los bomberos. Además de esta pareja, cerca de treinta pasajeros que viajaban en los cuatro vagones siniestrados también resultaron heridos de carácter leve al presentar golpes, contusiones o esguinces. Once de ellos fueron evacuados en ambulancias a los hospitales de Inca y Manacor. La Guardia Civil también ayudó a trasladar a otros afectados en sus coches patrulla. El resto de viajeros fueron atendidos en el PAC de Sineu, en el mismo lugar de los hechos o acudieron por sus propios medios al hospital.

El accidente ferroviario se produjo ayer aproximadamente a las siete menos viente minutos de la mañana, a unos 300 metros de la estación de tren de Sineu, cuando el convoy que venía de Manacor en sentido hacia Palma descarriló en un tramo curvo. Se trataba del primer tren del día que había salido de la capital del Llevant a las seis y veinte minutos con unos 50 pasajeros a bordo.

El convoy no pudo llegar a Sineu, ya que los cuatro vagones descarrilaron a escasa distancia de la estación. Las primeras tres unidades quedaron ladeadas en una zona comprendida entre taludes, mientras que la última se mantuvo derecha. Los pasajeros en un primer momento quedaron atrapados dentro de los vagones, pero luego rompieron los cristales de las ventanas y forzaron las puertas para poder salir por sus propios medios hacia las vías.

El siniestro, considerado como el más grave de los últimos diez años por el número de heridos, se produjo por el desprendimiento de un muro de hormigón. La pared de contención, de doce metros de longitud y cuatro de altura, cedió y se desplomó sobre las vías. También hubo un corrimiento de tierras y piedras que invadieron el tramo viario.

El desprendimiento tuvo lugar en una curva, por lo que el maquinista no tenía visibilidad y no se percató del suceso. Por ello, al conductor tampoco le dio tiempo a frenar antes de llegar al montículo de tierra. Así, el convoy, que había aminorado la velocidad porque se estaba aproximando a la estación de Sineu, se encontró de forma repentina con la vía invadida por el muro y todo tipo de cascotes. Los cuatro vagones descarrilaron al toparse con la pared derrumbada y sobrepasar las piedras hasta que, al final, el tren quedó frenado.

La conselleria de Movilidad y la Guardia Civil han iniciado una investigación para aclarar las causas por las que el muro de contención cedió y se vino abajo. Entre las hipótesis que se manejan, los especialistas apuntan a un defecto en las obras iniciales o bien alguna carencia en la reparación de ese tramo, tras el accidente ocurrido en Petra en marzo de 2004. También se baraja que las lluvias caídas en los últimos días hayan propiciado el desprendimiento.

Inmediatamente después del siniestro, se activó un gran operativo de emergencias, que se prolongó hasta media mañana. Ambulancias, bomberos y agentes atendieron a los pasajeros afectados y al revisor y el maquinista, heridos de gravedad. El descarrilamiento del tren obligó a cortar el tráfico ferroviario entre Manacor y Sineu y se habilitaron autobuses para los pasajeros. Los operarios de SFM trabajaron durante toda la jornada para limpiar el tramo afectado y una grúa se encargó de retirar los vagones siniestrados.