El punto más caliente de la vigilancia en los juzgados es el acceso, donde los vigilantes cuentan con un detector de metales y un escáner para revisar las pertenencias de los usuarios. "Hemos encontrado de todo", explica ´Primo´. "Un día vimos que una mujer llevaba un objeto alargado y le pedimos que nos lo mostrara. Era un consolador y se lo requisamos por contundente", explica. "Pero lo más habitual son pequeñas tijeras de costura, cúteres y otros objetos punzantes, que la gente olvida dejar en casa".