La Policía Local de Palma ha detenido a un joven de 30 años de edad acusado de un delito de violencia doméstica.

Los hechos ocurrieron el pasado sábado por la tarde en un domicilio de la calle Son Nadal, en Palma. Una mujer avisó a la Policía para solicitar ayuda ya que su compañero sentimental, llamado Nicolás, la había agredido.

Cuando los agentes llegaron al lugar de los hechos se dieron cuenta que la mujer presentaba dos evidentes moratones en la cara. Explicó que había despertado a su pareja que estaba haciendo la siesta y que su novio reaccionó con insultos y amenazas. Después le propinó los golpes en el rostro con sus propios puños.

La vivienda es propiedad de la mujer, y en ella también vive su padre, un hombre de 65 años de edad que padece una enfermedad pulmonar crónica y que se ve obligado a utilizar siempre un equipo autónomo de respiración.

Cuando se inició la disputa el hombre se encontraba en su cama realizando la siesta. Los gritos de auxilio de su hija le despertaron.

El hombre se levantó de la cama y se dirigió hacia la instancia de la vivienda donde se estaba produciendo la discusión. El joven se enfrentó a su suegro y a pesar de que se trataba de una persona enferma y con pocas fuerzas para defenderse de una persona mucho más joven y fuerte, el detenido le propinó varios golpes hasta que consiguió arrojarlo al suelo.

Cuando la Policía Local llegó al lugar de los hechos las dos víctimas aún seguían en la vivienda y también se encontraba el presunto agresor. La mujer presentaba varios hematomas en la cara y aclaró a los policías que no era la primera vez que su pareja la agredía. Dijo que en otra agresión presentó una denuncia contra él, pero después se arrepintió y la retiró. También anunció a los policías que no iba a denunciar a su novio a pesar de que le había propinado dos puñetazos en la cara.

Su padre, en cambio, sí quería denunciarle por malos tratos ya que no era la primera disputa que mantenía con su yerno.