Mallorca despertó sobresaltada ayer de madrugada por el paso de un tremendo vendaval que sacudió la isla y se llevó a su paso todo lo que pudo: árboles, ramas, muros, casetas, carteles, tejados, vallas, cornisas e incluso grúas. El paisaje se descolocó y quedó patas arriba por las fortísimas rachas de viento, que alcanzaron los 110 kilómetros por hora, provocaron unos 500 incidentes –sin daños personales–, y desbordaron de trabajo a los servicios de emergencias, sobre todo en Palma, Andratx, Calvià y Puigpunynent, durante todo el día. El puerto de Palma fue cerrado durante dos horas por la mañana mientras el tráfico aéreo, por contra, apenas se vio afectado. En Eivissa, donde el tiempo tampoco ofreció treguas, un hombre de 75 años falleció en Sant Josep al salir de su vivienda, resbalar, caer al suelo y golpearse en la cabeza con un remolque de embarcaciones. El hombre, que llevaba bastón y muletas, salió de su casa a esperar a una ambulancia par ir al hospital cuando patinó en el suelo, que estaba mojado por la lluvia, y se golpeó mortalmente.

Todo se complicó a partir de la madrugada, cuando el vendaval azotó con más fuerza. Entre las cuatro y las ocho de la mañana se registraron las rachas más fuertes en el dique del Oeste de Palma (110 kilómetros por hora), Alfàbia (105) y Son Sant Joan (100). Tan pronto como acabó el sueño de muchos ciudadanos, alarmados por el estruendo de todo tipo de objetos a merced del viento, comenzó una maratoniana jornada para bomberos y policías. "Me he despertado a las seis por el ruido que hacían las persianas y no he vuelto a pegar ojo. Volaba todo por los aires", explicaba una vecina del centro de Palma. Desde ese momento, el servicio 112 recibió, en apenas doce horas, más de un millar de llamadas procedentes de toda Balears en busca de auxilio por los incidentes generados por el temporal, según fuentes de los servicios de emergencias.

Aunque el vendaval causó problemas en casi toda la isla, Palma se llevó la peor parte con al menos 314 incidencias. Durante todo el día, los Bombers y la Policía Local atendieron un sinfín de servicios para tratar de restablecer la normalidad. Decenas de árboles quedaron tirados sobre las calles, motivo por el que hasta en dos ocasiones fue necesario cortar el tráfico en el Paseo Marítimo. Junto a la iglesia de la barriada de La Vileta, un enorme pino de unos diez metros cayó abatido por el vendaval. El acceso al bosque de Bellver quedó restringido después de que un árbol cayera sobre las dependencias de la Policía Montada. Tampoco aguantaron el envite dos pinos de la plaza Porta de Santa Catalina.

En pleno centro de la ciudad –en la confluencia de las Avenidas con Arxiduc Lluís Salvador–, los bomberos tuvieron que retirar un gran cartel que no había soportado la ira del viento y parte del anuncio que, pese a aguantar en su soporte, amenazaba con caer. En la Rambla y Vía Roma, las casetas de madera de varios comerciantes sufrieron importantes daños. Mientras, en la calle Sant Miquel el alumbrado navideño sufrió algunos daños y en la zona de es Molinar varias farolas y árboles cayeron sobre las calles. En toda la ciudad, vallas, cornisas y tejas tuvieron que ser retirados o asegurados para evitar que se desplomaran. 22 operarios y 16 vehículos de Emaya dedicaron la jornada a reubicar los contenedores.

En la Part Forana –donde los Bombers de Mallorca realizaron más de 60 salidas–, la costa de Ponent fue la zona más afectada, ya que el temporal entró en la isla por allí. En Andratx, donde se registraron una veintena de incidentes, un barco de 20 metros de eslora que estaba fondeado en el puerto quedó a la deriva hacia las ocho de la mañana. Sus tres tripulantes fueron rescatados sanos y salvos tras conseguir llegar a nado a la costa. La fuerza del viento provocó algunos daños en las embarcaciones y la zona del puerto. En Calvià y Puigpunyent fueron muchos los árboles caídos y algunos de ellos se llevaron por delante cables de alta tensión.

En Sóller, las obras de construcción del hotel sa Talaia, en el Port, amanecieron con una grúa de enormes dimensiones desplomada durante la madrugada. Un pino aplastó por la tarde a un coche que estaba estacionado junto al campo de fútbol y, en el polígono de Son Angelats, varias claraboyas volaron por los aires, informa Joan Mora.

La lluvia fue también protagonista y algunas calles de Palma y Andratx quedaron anegadas. El Torrent d´en Faveta se desbordó a su paso por Puigpunyent, donde se registraron inundaciones en una decena sótanos y bajos que fueron resultas por los Bombers, y el Torrent Gros estaba a punto de hacerlo en Esporles. Las policías locales de varios municipios vigilaban periódicamente los caudales.

Los servicios de emergencias atendieron alguna incidencia en casi todos los municipios de Mallorca, aunque en la mayoría de los casos se trató de incidentes leves.