El comandante de la Guardia Civil que abrió ayer el turno de declaraciones en el juicio por el asesinato del alcalde de Fago, Miguel Grima, aseguró que "es falso" que se pactara el testimonio autoinculpatorio de Santiago Mainar, que, según dijo, fue serio y sincero.

Con esta afirmación comenzó, en la Audiencia Provincial de Huesca, la declaración de este mando de la Guardia Civil, quien participó en la investigación del crimen del alcalde y para el que el cambio de versión hecho por el único imputado en este caso fue una "gran sorpresa".

El primero de los agentes de la Guardia Civil en testificar, quien estuvo presente en la declaración autoinculpatoria de Mainar aseguró que no encontraron ninguna contradicción y que el acusado había sido plenamente colaborador.

Preguntado por el fiscal si le pareció un testimonio serio y sincero, el agente respondió que sí, aunque comentó que en algunos momentos se le veía reflexionar, como si tuviese que hacer memoria, mientras que en otros se precipitaba y quería llegar al final muy rápido, por lo que tenían que preguntarle más detalles.

"En absoluto" se le sugerían las respuestas por parte de los agentes, enfatizó, en respuesta al abogado de la familia Grima, Enrique Trebolle, al tiempo que explicó que se le hacían preguntas abiertas para que fuera poco a poco recordando y, en todo caso, se le pedían matices o detalles sobre ciertos aspectos. Respecto a la posibilidad de que se le diera al acusado agua con barbitúricos, como Mainar declaró, el agente ha dicho rotundamente que "no", que es una práctica "imposible" teniendo en cuenta que es "improcedente e ilegal".

El médico Iñaki Bidegain, que se cruzó con el asesino poco después del crimen, declaró que la persona con la que dialogó brevemente junto al coche de Grima poco después de la emboscada mortal "no era nadie de Ansó ni Fago". Bidegain señaló que vio a "alguien dentro del coche" de la víctima, una persona de tez morena, voz ronca, 1,80 metros de altura y vestida un mono de obrero.

Enfrentado a algunos vecinos

Posteriormente declaró la viuda de Grima, Celia Estalrich, que dijo que hacía "todo lo posible" para que su marido dejara la alcaldía, ya que estaba muy deprimido como consecuencia de los problemas que tenía con algunos de los vecinos. "Estaba tenso, así no se vive a gusto, cuando estás acosado por un grupo tan organizado", lamentó la viuda, quien recalcó que ese grupo vertía elaboraba panfletos contra su gestión que dejaban en los coches de los clientes de su casa rural e incluso empapelaban con ellos el pueblo. Sobre la relación que tenía con Santiago Mainar, la viuda hizo hincapié en que "ninguna".