El tribunal de la sección segunda de la Audiencia de Palma juzgó y condenó ayer a Climent Garau, el ex líder de la asociación de vecinos de sa Calatrava, que respondió por los delitos que cometió cuando fue director de una sucursal bancaria de Palma. Garau, que está en prisión por otras causas que aún tiene pendiente, se confesó culpable de los delitos de estafa y apropiación indebida. Tendrá que cumplir casi cinco años de prisión. Inicialmente la fiscalía solicitaba una pena de doce años de prisión, aunque modificó su propuesta, entre otras cosas, porque las víctimas han sido indemnizadas, no por el acusado, sino por la entidad bancaria donde estuvo trabajando.

Este ex líder vecinal, que está considerado por la Policía como un experto falsificador, trabajaba como director de una oficina bancaria de la zona de Llevant, y fue despedido cuando se descubrió el desfalco que había cometido de 708.000 euros. El acusado se dedicó a falsificar la firma de varios clientes, entre los que había, no solo algunos de sus familiares, sino incluso su propia madre, para quedarse con los ahorros que estas personas tenían depositados en el banco. Garau utilizó nombres de personas que habían fallecido para abrir cuentas en su oficina donde él desviaba el dinero de otros clientes. También se atrevió a falsificar la firma de dos notarios.

Climent Garau no estaba hasta ahora en prisión por estos hechos, sino por otras estafas por las que fue detenido el año pasado. Encabezaba una red que estafó más de tres millones de euros con un centenar de créditos hipotecarios conseguidos con nóminas falsas. Tras quedar en libertad fue detenido de nuevo por captar a personas sin recursos, la mayoría de ellos indigentes o drogadictos, para gestionar a su nombre préstamos de consumo para comprar coches.