La Audiencia Provincial de Palma ha confirmado la condena de un año de prisión para unos padres que dejaron encerrada en el coche durante varias horas de madrugada a su hija de dos años mientras ellos se encontraban jugando en un conocido bingo de la ciudad a finales de 2006. La sección primera ha ratificado en su integridad la sentencia dictada por el magistrado Juan Manuel Sobrino, del juzgado de lo penal 4 de Palma, que consideró a los progenitores responsables de un delito de abandono temporal de menor. El juez impuso a cada uno de los dos acusados un año de cárcel atendiendo a la gravedad de los hechos, a la situación de riesgo creada para la niña, que aun no había cumplido los dos años, a quien dejaron encerrada en un coche, y a que la dejaron abandonada por el simple hecho de acudir a un lugar de ocio como es un bingo.

El tribunal también destaca el peligro potencial en el que la pareja puso a su hija. La sala entiende cometido el delito por cuanto, "dejar a una niña de dos años en el interior de un coche –cerrado– aparcado en la calle de esta ciudad, en las primeras horas de la madrugada, sin vigilancia y por un tiempo tal que determina la intervención policial, advertida por un transeúnte, supone poner en peligro potencial a esta menor". Además, la situación de abandono de la niña se representó como clara para el peatón que llamó a la Policía, quien consideró que, a pesar de que esta no llorase ni estuviese intranquila, estaba en riesgo potencial. Incluso, el agente que actuó estuvo 30 minutos tratando de localizar a los padres, a los que hubo que llamar por la megafonía del bingo.

Noviembre de 2006

Los hechos ocurrieron el 3 de noviembre de 2006, cuando la pareja, formada por una chilena de 40 años y un marroquí de 37, acudió en coche a Palma con su hija, procedentes de Santanyí. Sobre las seis de la tarde, el padre entró en el bingo Rosales, situado en la calle Manacor, quedándose la niña con su madre. Dos horas más tarde, la mujer, con el consentimiento de su pareja, dejó a su hija dentro del vehículo, un Seat Toledo, con las puertas y ventanillas cerradas y entró en el bingo, en el que ya estaba el hombre.

En este establecimiento los padres permanecieron juntos, a pesar de que sabían que la menor estaba sola en el interior del turismo, hasta que sobre las dos de la madrugada del siguiente día, dos agentes de la Policía Nacional entraron en el bingo y pidieron a los responsables del local que avisaran al propietario del automóvil. Poco después, se personó la pareja.

El magistrado criticó en la primera sentencia el comportamiento de los progenitores. Según detalla el fallo, "ambos acusados hicieron dejación de sus obligaciones y deberes como padres, dejando a su hija sola, en situación de riesgo en el interior de un vehículo, con las ventanas y puertas totalmente cerradas, niña que en el momento de los hechos no contaba con dos años de edad, y durante un espacio de unas cuatro horas (seis respecto al hombre)". Según el juez, la situación de riesgo que se causó a la menor "era evidente", al no estar una persona que la cuide, pudiendo producirse cualquier situación de peligro para ella, ya que no se debe valorar la percepción de la situación del riesgo que pueda tener la niña, que puede ser nula, sino la que tiene una persona responsable y diligente, respecto de sus hijos, en la misma situación.