Hace cinco años, dos toxicómanos decidieron tomarse la justicia por su cuenta. Hartos de las agresiones, amenazas y robos de droga que sufrían por parte de un indigente, prendieron fuego a la chabola de Son Banya donde dormía el hombre que los acosaba. El chamizo quedó envuelto en llamas y la víctima sufrió graves quemaduras en el 22 por ciento de cuerpo. Estuvo en estado crítico, aunque logró recuperarse. Ahora, la fiscalía reclama diez años de prisión para uno de los supuestos autores de aquel intento de asesinato –el otro está huido–, que será juzgado la semana próxima en la Audiencia.

Los hechos se remontan al 18 de octubre de 2004. La víctima, un nigeriano que en aquel entonces solía merodear por Son Banya, había sido detenido varias veces por provocar altercados en el poblado. La última vez, apenas tres semanas antes de estar a punto de morir, por intentar violar a una mujer a la que abordó en las inmediaciones del asentamiento. Según la fiscalía, el hombre, de unos 35 años, había agredido, amenazado y robado droga en numerosas ocasiones a dos habituales de la zona que acabaron quemando su chabola con él dentro.

Aquella mañana, siempre según el ministerio público, Antonio C.T., que tiene ahora 58 años, se acercó junto a otra persona a la infravivienda donde se encontraba el nigeriano, la rociaron con gasolina y lanzaron la botella al interior para luego prender fuego al recinto. La víctima, que estaba durmiendo en la chabola, sufrió quemaduras de segundo grado en cara, cuello, brazos, piernas y tórax. Estuvo ingresado durante un mes en la unidad de quemados de un centro hospitalario de Barcelona y los médicos tuvieron que injertarle piel, por lo que la víctima presenta varias cicatrices que, a juicio de la acusación pública, suponen un defecto estético importante.

La Policía interrogó a varios vecinos del poblado, quienes aseguraron que el incendio había sido fortuito. Sin embargo, los investigadores detuvieron al día siguiente a Antonio C.T. y a otro hombre de 38 años como presuntos autores de la agresión y descubrieron que se trataba de un posible ajuste de cuentas. Ambos estuvieron presos un tiempo pero uno de ellos huyó en cuanto fue puesto en libertad y actualmente está declarado en rebeldía.

Es por ello que la fiscalía solo acusa por estos hechos a Antonio C.T., a quien considera autor de un delito de intento de asesinato al entender que pretendía acabar con la vida de la víctima.

Según el fiscal, el hombre actuó con las facultades disminuidas pero no anuladas por el consumo de drogas, lo que considera como circunstancia atenuante. Así, el ministerio público reclama en su escrito de conclusiones provisionales una pena de diez años de cárcel para el procesado y solicita que indemnice a la víctima con 30.000 euros por las lesiones y secuelas que le provocó.

Esta previsto que el juicio se celebre el próximo martes ante el tribunal de la sección segunda de la Audiencia Provincial de Palma.