La Paca perdió ayer un tesoro. La Policía descubrió, durante una gran operación en Son Banya contra la banda de narcotraficantes, un botín millonario oculto en el subsuelo de un almacén anexo a la vivienda de la matriarca. El dinero, cuyo recuento podría durar varios días, apareció en cinco cajas de plástico escondidas bajo una gruesa capa de hormigón, que hacía las veces de caja fuerte para ocultar los ingresos del narcotráfico. Los investigadores emplearon todo el día para registrar a fondo el local, con la ayuda de los bomberos, en busca de más escondites y tenían previsto regresar hoy para continuar la inspección. El despliegue policial permitió además desmantelar tres puntos de venta de droga e intervenir pequeñas cantidades de cocaína y una plantación de marihuana en los domicilios del poblado que fueron registrados, en uno de los cuales fue arrestado un hombre.

El hallazgo del botín se produjo en el marco de la Operación Musaraña, un imponente dispositivo en el que participaron un centenar de policías y que tenía como objetivo desmantelar varios puntos de venta de estupefacientes y armas de los clanes de La Paca y Los Valencianos, según explicaron fuentes policiales. En el despliegue, liderado por la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO), participaron efectivos de los grupos de Estupefacientes, Robos y Atracos, la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) –algunos de ellos pertrechados con chalecos antibalas y material antidisturbios–, el grupo de Subsuelo, la Unidad Motorizada y guías caninos, así como un helicóptero que controló la situación desde el aire durante los primeros minutos.

Puntos de venta

Los policías tomaron los accesos y las calles de Son Banya hacia las diez y media de la mañana y, bajo la supervisión de una comisión judicial, registraron cinco domicilios en las calles Cuatro y Cinco del poblado donde según las sospechas se vendía droga.

La mayoría de las viviendas estaban desocupadas cuando llegaron los agentes, que optaron por derribar algunas puertas y muros para acceder al interior. Los policías registraron a fondo estos domicilios, pero el primer balance del operativo fue exiguo y apenas se encontraron unos 80 gramos de cocaína, diversos útiles para su manipulación y varias plantas de marihuana. En una de estas viviendas se produjo la única detención de la jornada, la de un hombre de 50 años, identificado como Tomás L.C., que trabajaba para el clan de La Paca y que protagonizó un aparatoso intento de fuga por los encharcados alrededores del poblado, aunque fue capturado al instante.

El plato fuerte del día estaba todavía por llegar. Además de estas cinco viviendas, los agentes registraron otros nueve garajes, almacenes y chabolas en busca de drogas, armas o dinero. Uno de ellos es un local anexo a la vivienda de La Paca, situado en uno de los extremos del poblado, donde se acumulaban sofás, neveras, inodoros y otros cachivaches.

Pero los investigadores sabían que aquello era algo más que un trastero y comenzaron a levantar el suelo de esta pequeña nave a pico y pala. Y así apareció la primera caja repleta de billetes. El tesoro de La Paca había quedado al descubierto.

Los policías estaban convencidos de que habían dado con el búnker donde el clan de La Paca escondía las ingentes ganancias obtenidas con la venta de drogas, por lo que decidieron emplearse a fondo en el local. Poco antes de la una de la tarde, varias dotaciones de los Bombers de Palma se unieron a los trabajos para inspeccionar por completo el almacén.

Dos excavadoras

Los bomberos vaciaron un aljibe donde se creía que podían ocultarse más cajas y colaboraron con un martillo neumático durante varias horas en la labor de perforar el hormigón, hasta que a media tarde llegaron dos pequeñas excavadoras del ayuntamiento de Palma para agilizar el trabajo. Los investigadores encontraron un total de cinco cajas enterradas en varios puntos del subsuelo del almacén, todas ellas repletas de billetes. Estaba previsto que un retén de policías custodiara durante la noche el local para seguir inspeccionándolo hoy.

La Policía apenas había comenzado ayer el recuento del dinero, pero las primeras estimaciones apuntaban que cada una de las cajas podría contener más de medio millón de euros. Un durísimo golpe contra las finanzas del clan. Todo apunta a que el botín había sido enterrado en ese almacén para evitar que fuera descubierto por la Policía durante algún registro y con la intención de dejarlo escondido allí durante un largo periodo de tiempo. Las pesquisas que han culminado con el hallazgo de este escondite comenzaron hace ya varias semanas y son tuteladas por el juzgado de instrucción número 6 de Palma. El operativo continuaba abierto ayer noche y no se descartaban nuevas detenciones.

Al margen de asestar un nuevo golpe a dos de los principales clanes de narcotraficantes de Son Banya, la Policía aprovechó ayer su presencia en el poblado para buscar armas ante un posible acto de venganza por la muerte, el pasado 7 de septiembre, de Josefa Moreno Cortés, conocida como La Parrala. Ocho miembros del clan de El Farru, con el que habían hecho negocios juntos, están presos por su implicación en el crimen.

El clan de la víctima juró vengar el asesinato a tiros de la sobrina de La Paca, por lo que la alerta entre las fuerzas de seguridad es máxima. Sin embargo, en las viviendas inspeccionadas ayer no se encontraron ni armas ni munición.