La Audiencia de Palma ha condenado a 38 años de prisión a una peligrosa banda de atracadores que protagonizó un violento asalto en un supermercado de Son Gotleu el pasado año. Los ladrones, que llevaban el rostro cubierto con una media y que actuaron armados con pistolas, porras eléctricas y una navaja, retuvieron a los empleados del establecimiento y los maniataron con bridas de plástico. La banda, formada por cuatro jóvenes extranjeros, consiguió un botín de 5.460 euros. Ayer los cuatro sospechosos fueron condenados a nueve años y medio de cárcel cada uno por un delito de robo con intimidación y otros tres de detención ilegal. La pena se sustituye por la expulsión del territorio nacional durante diez años para dos de ellos al estar en situación irregular.

Los cuatro imputados, defendidos por los letrados Carlos Portalo, David Burgos, Margarita Fernández y Miguel Mir, confesaron los hechos ante el tribunal de la sección segunda y se conformaron con la condena solicitada por la fiscal. Todos ellos están en prisión. Un quinto implicado, asistido por el abogado Carlos Barceló, fue absuelto al retirársele la acusación.

El violento atraco se produjo el pasado 25 de septiembre de 2008 a las nueve de la noche cuando los cuatro sospechosos, con la cara tapada con una media de nailon, irrumpieron en un supermercado de la calle Santa Florentina, en Palma, empuñando pistolas simuladas, porras eléctricas y una navaja.

Cierran la persiana

Nada más entrar en el local, cerraron la persiana de la puerta de acceso y encañonaron con las pistolas a dos trabajadoras. Las cajeras también fueron intimidadas con las porras eléctricas. Los asaltantes las condujeron a los aseos, donde las maniataron con unas bridas de plástico y las dejaron encerradas.

Poco después, se dirigieron a las oficinas donde también maniataron y amenazaron al encargado del supermercado. Los acusados le exigieron las llaves de la caja fuerte y así pudieron robar 5.460 euros. Los peligrosos atracadores, al abandonar el establecimiento, dejaron encerrados a los tres empleados, ya que cerraron con llave las puertas. Al encargado le amenazaron para que no avisara a la Policía diciéndole que sabían que tenía hijos. Semanas después, los investigadores del Grupo de Atracos resolvieron el caso al detener a los peligrosos asaltantes.