Llegó a Mallorca como un turista, pero su estancia en la isla ha sido la de un indigente. Un noruego de 58 años ha pasado once días viviendo de la caridad en la playa de Magaluf tras perder de vista a su compañero de viaje. Estaba desorientado e indocumentado, no sabía regresar a su hotel y temía que pudiera ocurrirle algo malo si se movía de allí. Mientras, la Guardia Civil intentaba en vano dar con su paradero y su familia se temía lo peor. Un camarero que lo tomó por un mendigo le dio comida y bebida a diario hasta que anteayer fue encontrado, por casualidad pero en buen estado.

Oddjborn Fallet llegó a Mallorca el pasado 21 de agosto. Por primera vez en 32 años salió de Sor-Fron, el pequeño pueblo del interior de Noruega en el que reside, sin su mujer. Viajó a la isla acompañado de un amigo para disfrutar de una semana de vacaciones, pero sus planes se torcieron aquella misma noche.

"Habíamos bebido un par de cervezas. Cuando regresábamos al hotel, entré a comprar en un supermercado y él se quedó orinando detrás de un contenedor. Tardé dos minutos, pero cuando salí ya había desaparecido", explicó su amigo, Svein Morten, al periódico noruego VG Nett. Tras buscarlo sin éxito por allí y comprobar que no había vuelto al hotel, denunció lo ocurrido ante la Guardia Civil. Un importante operativo de búsqueda intentó localizar a Fallet por los alrededores de Magaluf en los días siguientes, mientras su familia esperaba con angustia el desenlace del caso. Pero no apareció ninguna pista sobre qué le había pasado.

Aunque a nadie se le ocurrió buscar en la playa, allí estaba Fallet. Sin dinero ni documentación, dejó pasar los días, como si esperara que alguien apareciera de pronto y lo rescatara de su ´naufragio´ en la playa de Magaluf. Isidro Sánchez, el encargado de un chiringuito a pie de arena, fue su ángel de la guarda durante todos esos días.

Sin dinero ni documentación

"Pensé que era un indigente, porque siempre llevaba la misma ropa y se le veía desaliñado. Estaba todo el día por aquí, sin comer ni beber y mirando de un lado para otro", explicó ayer este trabajador. "Al tercer día le di algo de comida y agua, y así hasta que lo encontraron. Siempre que podía le ofrecía algo. Él solo hablaba noruego, pero me daba las gracias e incluso quiso pagarme con 20 céntimos".

El hombre nunca pidió ayuda ni preguntó cómo podía llegar a su hotel. "Un par de veces vinieron policías y guardias civiles, pero no se entendieron con él", recordó Sánchez. "No decía nada ni se metía con nadie. Estaba siempre por la playa y tenía quemaduras de estar todo el día al sol, y aunque llevaba una toalla, nunca se bañaba".

El indigente turista fue finalmente rescatado el pasado miércoles, once días después de haber desaparecido, por casualidad. La guía noruega que acompañaba al grupo de escandinavos con los que Fallet había llegado a la isla disfrutaba de su día libre en la playa de Magaluf cuando creyó reconocer al hombre al que llevaban casi dos semanas buscando. Estaba sentado en un banco y aunque en un primer momento la mujer descartó que fuera él, acabó dirigiéndose al hombre y le pregunto su nombre. Oddjborn Fallet había vuelto once días después.

Aunque parecía más un indigente que un turista, el hombre estaba en buen estado. Tanto su familia como el amigo con el que había viajado a Mallorca recibieron con entusiasmo su reaparición, ya que según reconocieron a varios medios de su país, se temían lo peor. Cuando le preguntaron qué había pasado, Fallet explicó que tras perder de vista a su compañero de viaje, se desorientó. No sabía cómo podía volver a su hotel y no se atrevió a moverse, así que se quedó en la playa, esperando. Durante los once días que vivió en la indigencia, sobrevivió gracias a la ayuda del camarero que le dio bocadillos, fruta y agua y a algunos restos de comida que encontró en la calle. Quizá ni él mismo sepa cuánto tiempo habría vivido así de no haber sido encontrado casualmente por su guía.

El turista fue llevado al consulado noruego, que tramita ahora su vuelta a casa. Ha perdido el billete de vuelta, ya que su estancia en Mallorca concluía el 28 de agosto, por lo que sus compatriotas le buscaron un alojamiento hasta que se pueda tramitar su regreso. Estaba previsto que el hombre volviera a Noruega en las próximas horas, dejando atrás unas vacaciones tan extrañas como inolvidables.