La Policía Nacional está investigando a todo el personal de la iglesia de Monti-Sion, en Palma, para esclarecer el robo de ocho obras de arte valoradas en unos 300.000 euros cometido en la última semana. Los ladrones, que no forzaron el acceso al templo y se marcharon por la puerta principal, visitaron la iglesia en dos ocasiones para llevarse cuatro figuras de cerámica de dos capillas y cuatro bajorrelieves "de gran valor artístico" del retablo mayor de la iglesia. Los agentes encargados del caso tratan ahora de aclarar si alguna persona vinculada a la iglesia o que haya realizado algún trabajo en ella ha participado en los robos, ya que están convencidos de que los ladrones contaban con abundante información sobre las piezas que había en el templo.

Según explicó ayer el prefecto de la iglesia de Monti-Sion y encargado de su patrimonio artístico, Miguel Garau, el primero de los robos se cometió en la noche del pasado día 19. Ese día se descubrió la desaparición de cuatro figuras de ángeles, de busto redondo, que estaban en el altar de la Mare de Déu del Pilar y junto a la Inmaculada que preside la capilla de las Congregaciones Marianas. Estas figuras están realizadas en un material conglomerado y su valor es escaso. Los responsables del templo denunciaron los hechos de inmediato.

Los ladrones visitaron de nuevo la iglesia en la madrugada del pasado domingo. En esta ocasión se llevaron cuatro pedrelas que formaban parte del retablo mayor del templo. Estas piezas, según Garau, son bajorrelieves policromados de 89 por 44 centímetros realizados entre los años 1607 y 1609 por el escultor milanés Camillo Silvestre Perino. Cada una de ellas está valorada en unos 80.000 euros, aunque Garau precisó que si bien son obras de "gran calidad" que fueron restauradas el año pasado, nunca se había calculado su valor, por lo que se trata de un dato "subjetivo y aproximado".

Garau explicó que ninguno de los accesos al templo estaba forzada y que el portal mayor estaba abierto cuando el domingo por la mañana descubrieron este segundo robo por lo que sospecha que los ladrones salieron por allí.

El caso está ahora en manos de la Policía Nacional, que trata de identificar a los autores de los robos. Los investigadores ya han buscado pruebas en el templo y tienen previsto interrogar en los próximos días a todo el personal de la iglesia, así como a quienes hayan realizado recientemente algún trabajo en el edificio.

Parece claro que los autores del robo sabían que las medidas de seguridad de la iglesia son prácticamente inexistentes y que conocían las obras de arte que allí se encuentran. El hecho de no hubiera ningún acceso forzado hace barajar la posibilidad de que los ladrones accedieron al templo desde otras dependencias o que incluso dispusieran de una llave para entrar.

La iglesia –situada en el casco antiguo de Palma, junto al colegio del mismo nombre– solo abre sus puertas al público para las misas, durante las cuales cuenta con un vigilante de seguridad, según explicó Garau.