Al completo. Así fue como apareció la Familia Real en Palma para asistir a su cita de Semana Santa, la Misa de Pascua, en la Catedral. Felipe y Letizia, acompañados de sus risueñas hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, gozaron de la compañía de la reina emérita, Doña Sofía. Y, por sorpresa de muchos, este año contaron también con la presencia del Don Juan Carlos.

Llegaron puntuales, pocos minutos antes de las doce. Centenares de adeptos a la monarquía se habían ido congregando en las inmediaciones de la Seu, entre los que había muchos turistas, desde antes de las once de la mañana, con la intención de conseguir un buen sitio para ver la llegada de los Reyes. Nada más acercarse los coches de la Casa Real que llegaron hasta la fachada de la Seu que mira a l'Almudaina, desde la calle Palau Reial, estallaron los fuertes aplausos y los gritos de "¡Viva España!", o "¡Viva el rey!" por parte del público asistente.

Felipe paró el coche que conducía, en el que también viajaban la reina Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía, delante de la entrada principal de la Catedral. De él bajaron las dos miembros más jóvenes de la Familia Real, muy sonrientes, Sofía y Leonor, que muy rápido se adueñaron de todas las miradas. También Letizia se mostró feliz y cercana, saludando a sus seguidores. Y con el siguiente coche llegó la sorpresa del día: la presencia Don Juan Carlos, acompañando a Doña Sofía. Los antiguos reyes también fueron acalamados por la multitud que se concentró para mostrarles su apoyo y estima.

Antes de posar en la puerta principal de la Catedral para la prensa, tanto nacional como internacional, la Familia Real fue recibida por la delegada del Gobierno en Balears, Maria Salom, la única personalidad política del territorio que fue a recibir a los Reyes; y por el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, encargado de presidir la Misa de Pascua.

Durante el posado, los Reyes se mostraron calmados y se dejaron llevar, actuando de manera normal y espontánea. Así pues, los presentes fueron testigos de las diferentes muestras de afecto que surgieron entre la infanta Sofía y Letizia, y los juegos de caricias de Felipe y la princesa Leonor, que también se mostró muy cercana a su abuelo.

Después de las fotos entraron en la Catedral, donde también fueron calurosamente bienvenidos con algunos aplausos, algo más tímidos que los de fuera, adaptados a la armonía del lugar. Todo el recorrido hasta llegar a su sitio, en primera fila, saludaron a los más fieles que ya estaban en la Catedral, esperando el inicio de la misa. Una vez dentro, se cerraron las puertas y casi de manera automática, la gente empezó a dispersarse.

Pero casi una hora después los alrededores de la Seu volvían a verse abarrotados. Se abrieron las puertas y respondieron a las demandas de sus seguidores: rompiendo el protocolo, Felipe, Letizia, Leonor y Sofía, se acercaron a dar la mano a un público muy emocionado. Una de las anécdotas de la mañana fue el regalo de unos seguidores a las hijas de los reyes: un puzle con las caras de Sofía y Leonor.

Looks primaverales

La vestimenta de las niñas y de la reina Letizia son de las cosas que más llaman la atención del público. En el día de ayer el sol se veía vívido aunque el viento fuera frío. Nada más lejos de lo que pasa en primavera. Para la ocasión, Letizia apostó por la sencillez y también por la tendencia. La delataba la camisa de lunares de Carolina Herrera, y los pantalones palazo de color azul marino de Hugo Boss, que ha combinado con unos salones de Nina Ricci del mismo color y con la guinda del pastel: el arriesgado bolso en rosa chicle. La princesa Leonor optó por un vestido de color cielo con un estampado floral, mientras que su hermana pequeña, la infanta Sofía, fue la más colorida con un mono en azul turquesa. Las dos hermanas coincidían con sus manoletinas grises. Más discreta, pero igualmente elegante, estuvo la Doña Sofía, con un conjunto en tonos beige, con la chaqueta estampada. El rey Felipe lució un traje en color gris marengo, con una corbata que por primera vez el rey no combinó con los tonos del look de Letizia, sino que en este caso jugaba con el color del mono de la infanta Sofía. Su padre, Don Juan Carlos, también optó por el gris, pero más claro, y una corbata en tonos morados.