Amanda Noguera lleva consigo una historia que motiva a mucha gente a emprender. Estudió Empresariales y trabajó en la banca. En una etapa dura de su carrera, empezó a desarrollar estrés, cefaleas tensionales y migrañas que le llevaron a dejar de trabajar. Tras un año medicándose con más de veinte pastillas diarias, el diagnóstico del neurólogo fue que tenía una cefalea tensional permanente y que no podría volver a hacer grandes esfuerzos al trabajar o estudiar. "Tenía picos de dolor que me impedían salir de una habitación a oscuras", recuerda. Tras replantear su situación en la casa donde recientemente se mudó con su pareja y decidir afrontarlo juntos, Noguera acudió a masajistas, acupuntura, cambió su alimentación y poco a poco se encontró mejor, aunque la molestia no cesaba.

Tras ver un anuncio de un curso intensivo de maquillaje en Alicante, se dio cuenta de que era una cosa que siempre había querido hacer, pero nunca lo había intentado "porque siempre se dice que de eso no se puede vivir", reconoce. Fue un fin de semana en el que se evadió de todo y se dio cuenta de que haciendo los diseños se concentraba tanto que se olvidaba del dolor. "Era casi como una terapia. Fui haciendo cursos y me daba cuenta de que disfrutaba muchísimo", espeta la mallorquina.

El paso previo a abrir Make Up and Dreams, su actual proyecto personal de maquillaje, fue trabajar para dos grandes marcas de cosméticos. A la par que empezó su aventura con una de las marcas, abrió su propio local y tuvo su primer bebé. "Fue como una vorágine. Al final todo se calma y aprendes a estar con ello. No quería dejar de lado mi trabajo paralelo por si no iba bien la idea", reconoce la emprendedora. Desde el verano pasado trabaja únicamente en Make Up and Dreams con la ayuda indispensable de su marido y de su madre, que le ayudan con la página web y la decoración del local. ¡Y con otro pequeño en casa!

Sus clientes se han creado, en un 80 por ciento, del boca a boca y el otro 20 viene de la web bien posicionada y con un contenido de calidad.

En cuanto a la percepción actual de su profesión, Noguera explica: "España va avanzando mucho en el tema del maquillaje. Hace veinte años no generaba tanto interés. Es verdad que siempre hemos estado atrás a nivel de tendencias, pero la globalización hace que las españolas se maquillen de cada vez más. Y de que se arriesgue. Novias con labios rojos, con ahumados... Antes era impensable. Otro tema es si se puede vivir de esto. Creo que el problema es la situación del autónomo en el país".

Las redes sociales y las plataformas digitales han sido clave para esta mayor aceptación. Hay muchísima información. "El problema es que la información no está controlada y hay que transmitir el mensaje correctamente. Hay una higiene y una percepción del maquillaje en la vida real que son fundamentales y en muchos videos no se ven", matiza la propietaria. "Yo intento siempre explicar por qué un maquillaje es correcto o adaptado. No por ver vídeos de Youtube sabes maquillar o todo lo que sale en la red es viable", añade.

A nivel de tendencias, es como con la moda. Salen cosas que se llevaban hace diez años. "La tendencia es un invento que generamos para aumentar el consumo de productos. Cada uno debe tener su tendencia. Da igual si se llevan las pieles brillantes si a ti te gusta una piel mate. También está el make up no make up, una manera de maquillarse muy natural que apenas se nota. Eso se llevará siempre. Otra súper tendencia son los acabados metalizados en labios y en ojos", enumera la maquilladora profesional.

¿El maquillaje es únicamente femenino? No, también está en el mundo masculino. "Aun hay que abrirse más. Siempre se asocia mucho al travestismo. Un hombre puede ir maquillado en su día a día tranquilamente. Aunque sea correctivo. Será que no hay hombres que se quejan de sus ojeras. A la larga habrá un momento en el que vaya a más", analiza.

Talleres y formación

El local se basa en todo el mundo del maquillaje. No solo el social, que es aquel que se entiende como el maquillaje diario, para eventos o para bodas.

En el local se ofrecen formaciones a nivel de auto-maquillaje, así como talleres más divertidos, despedidas de soltera... "Ahora estoy haciendo una iniciación al maquillaje profesional, dirigida a gente que trabaja en el mundo de la estética y quiere abrir más su abanico de posibilidades. Son cursos individualizados y personalizados depende del nivel que se tiene y el nivel al que se quiere llegar", explica. "No solo han acudido profesionales, sino que también se han animado mamás y gente más mayor que siempre ha querido hacer un curso de maquillaje pero nunca han tenido la posibilidad. Como adapto los horarios a ellas, ese algo que a mi me ha hecho feliz, les hace feliz a ellas. Se van muy contentas", argumenta con orgullo.

"¿Qué dónde quiero estar dentro de diez años? Pues así. Tengo todo lo que necesito. Soy feliz aquí". Noguera lo tiene muy claro. El maquillaje le ha hecho superar el dolor y encontrar la felicidad.