El restaurante Miceli (Selva) acogió el lunes la presentación de Monjoia de Vinyes Mortitx, un monovarietal de Syrah del que tan solo se han envasado 560 botellas. Biel Ferragut, gerente de la bodega, explicó que hace dos años cataron el vino y notaron una destacada expresión de mineralidad. Quisieron consultar el motivo a la geógrafa Laura del Valle, profesora de la UIB, quien explicó que la zona de Mortitx donde está sembrado este viñedo, es un suelo donde abunda una piedra de origen volcánico, conocida como Buntsandstein, que solo se encuentra en la isla allí y en Puigpunyent. Por su parte, el enólogo de la bodega, Llorenç Coll, comentó que es un vino muy especial, fruto de la añada perfecta del 2014. "Para mí ha sido como embotellar el paisaje", remarcó Coll. El diseño gráfico es de Marga Micer, quien eligió el nombre de Monjoia en memora de las pilas de piedras que los peregrinos medievales levantaban con cánticos alegres cuando empezaban a ver el final de su peregrinaje. La cita finalizó con una cata comentada del sumiller Joan Amengual y con una selección de platos elaborados por la cocinera Margalida Coll, propietaria de Miceli.